El misterio inquietante de los romanos sin cabeza de Gran Bretaña parece haber sido solucionado por fin, gracias a las cicatrices de la mordedura de un león y marcas de martillo en los cráneos decapitados.
Los resultados del trabajo forense en más de 80 esqueletos de hombres jóvenes bien construido, exhumados en York durante más de una década, sugieren que es el cementerio mejor conservado de gladiadores que se ha encontrado.
Los restos encontrados tienen los músculos del brazo derecho mucho más fuertes, condición de los gladiadores entrenados desde la adolescencia para combatir en el circo. Pruebas avanzadas sobre el esmalte dental también vinculan a estos hombres a multitud de provincias romanas, incluyendo el norte de África, de donde eran originarios multitud de gladiadores.
Las conclusiones son coherentes con la importancia York en el mundo romano, como capital de provincia y base militar de gran envergadura. Allí residían muchos generales de alto rango y políticos, residentes distinguidos que requerían un alto nivel de la vida social.
La decapitación era una acción regular en los combates, el golpe de gracia se propinaba a menudo con un martillazo en la cabeza de los gladiadores que solían ser decapitados por piedad después de sufrir heridas horribles durante sus peleas. Además, los esqueletos estaban enterrados junto a piezas de arcilla, animales y ofrendas, lo que sugiere que eran personas reconocidas y no criminales.
Hasta ahora se daban otra serie de teorías sobre los enterramientos, pero faltaban evidencias. Los gladiadores fueron introducidos en el debate hace tres años, cuando el descubrimiento de los enterramientos de los combatientes de la arena en Éfeso (Turquía) reveló una combinación similar de martillazos en el cráneo y la decapitación como en York.
La mordedura de un animal también ha inclinado la balanza de las pruebas. Son mordeduras de grandes carnívoros, probablemente un león, pero, posiblemente, de un tigre o un oso. La gran mayoría de los esqueletos son hombres, muy robusto y de media más altos que el resto de habitantes de York en la época.
Parece que York llevó a cabo grandes eventos en la arena hasta fecha tan tardía como el siglo IV de nuestra era.
Michael Wysocki, profesor titular de antropología forense y arqueología de la Universidad Central de Lancashire, que ha llevado a cabo las pruebas, dijo “no tenemos otros cementerios con este nivel de conservación en otras partes del mundo. Se trata de un conjunto único. Antropológicamente hablando, el material es especialmente significativo porque incluye un espectro amplisimo de curado y heridas sin cicatrizar asociados a la violencia”.
“La presencia de mordidas es una de las evidencias más fuertes que sugieren que podrían estar relacionados a las arenas de gladiadores. Sería muy poco probable que este individuo haya sido atacado por un tigre cuando iba de camino a su casa”, dijo Wysocki.
Para otros especialistas este no necesariamente un cementerio de gladiadores y bien podría tratarse de un grupo de soldados o incluso criminales. Según Jenny Hall, del departamento de arqueología romana del Museo de Londres es poco probable que hubieran muerto 80 gladiadores en York porque los espectáculos de este tipo eran costosos y en muchos casos actuados.
Los resultados del trabajo forense en más de 80 esqueletos de hombres jóvenes bien construido, exhumados en York durante más de una década, sugieren que es el cementerio mejor conservado de gladiadores que se ha encontrado.
Los restos encontrados tienen los músculos del brazo derecho mucho más fuertes, condición de los gladiadores entrenados desde la adolescencia para combatir en el circo. Pruebas avanzadas sobre el esmalte dental también vinculan a estos hombres a multitud de provincias romanas, incluyendo el norte de África, de donde eran originarios multitud de gladiadores.
Las conclusiones son coherentes con la importancia York en el mundo romano, como capital de provincia y base militar de gran envergadura. Allí residían muchos generales de alto rango y políticos, residentes distinguidos que requerían un alto nivel de la vida social.
La decapitación era una acción regular en los combates, el golpe de gracia se propinaba a menudo con un martillazo en la cabeza de los gladiadores que solían ser decapitados por piedad después de sufrir heridas horribles durante sus peleas. Además, los esqueletos estaban enterrados junto a piezas de arcilla, animales y ofrendas, lo que sugiere que eran personas reconocidas y no criminales.
Hasta ahora se daban otra serie de teorías sobre los enterramientos, pero faltaban evidencias. Los gladiadores fueron introducidos en el debate hace tres años, cuando el descubrimiento de los enterramientos de los combatientes de la arena en Éfeso (Turquía) reveló una combinación similar de martillazos en el cráneo y la decapitación como en York.
La mordedura de un animal también ha inclinado la balanza de las pruebas. Son mordeduras de grandes carnívoros, probablemente un león, pero, posiblemente, de un tigre o un oso. La gran mayoría de los esqueletos son hombres, muy robusto y de media más altos que el resto de habitantes de York en la época.
Parece que York llevó a cabo grandes eventos en la arena hasta fecha tan tardía como el siglo IV de nuestra era.
Michael Wysocki, profesor titular de antropología forense y arqueología de la Universidad Central de Lancashire, que ha llevado a cabo las pruebas, dijo “no tenemos otros cementerios con este nivel de conservación en otras partes del mundo. Se trata de un conjunto único. Antropológicamente hablando, el material es especialmente significativo porque incluye un espectro amplisimo de curado y heridas sin cicatrizar asociados a la violencia”.
“La presencia de mordidas es una de las evidencias más fuertes que sugieren que podrían estar relacionados a las arenas de gladiadores. Sería muy poco probable que este individuo haya sido atacado por un tigre cuando iba de camino a su casa”, dijo Wysocki.
Para otros especialistas este no necesariamente un cementerio de gladiadores y bien podría tratarse de un grupo de soldados o incluso criminales. Según Jenny Hall, del departamento de arqueología romana del Museo de Londres es poco probable que hubieran muerto 80 gladiadores en York porque los espectáculos de este tipo eran costosos y en muchos casos actuados.