Kate-Zahl Profeta del pueblo tolteca que vaticinó la conquista por los aztecas y la llegada de hombres blancos y barbudos armados con bastones de fuego.
Un profeta tolteca, cultura de Méjico durante el primer siglo de la era cristiana, pronosticó que su ciudad Tula sería asolada por un terremoto y que luego sería conquistada por los aztecas.
Que más tarde llegarían los hombres del este, de tez blanca y barbudos, con sus vestidos de metal y sus terribles bastones de fuego capaces de matar a distancia. Kate-Zahl advirtió a su pueblo de que se presentarían de un modo pacífico pero que no debían fiarse de ellos. Les aconsejaba huir a la selva y esconder los textos sagrados antes de las matanzas y saqueos.
Después los toltecas serían dispersados y Tula destruida, reducida a escombros y quemada. Los blancos fabricarían instrumentos de destrucción cada vez más poderosos hasta terminar provocando su aniquilamiento. La catástrofe estaría cercana el día que los restos de Tula serían descubiertos, restaurados y estudiados.
Se cree que Tula se encontraría debajo de Teotihuacán. Después del holocausto los Toltecas con sus hermanos de todo el mundo reconstruirían Tula y repondrían en ella los libros sagrados:
“Dejé de ver la era de la destrucción. Ya había pasado la era de la Guerra. Veía más allá de la era de la carnicería...Tula brilla con toda su gloria, aunque los metales me resultan desconocidos. La gente viste con tejidos que no conozco y viaja de manera que nos resulta inexplicable. Ha desaparecido de los rostros la huella del temor y del sufrimiento”
Un profeta tolteca, cultura de Méjico durante el primer siglo de la era cristiana, pronosticó que su ciudad Tula sería asolada por un terremoto y que luego sería conquistada por los aztecas.
Que más tarde llegarían los hombres del este, de tez blanca y barbudos, con sus vestidos de metal y sus terribles bastones de fuego capaces de matar a distancia. Kate-Zahl advirtió a su pueblo de que se presentarían de un modo pacífico pero que no debían fiarse de ellos. Les aconsejaba huir a la selva y esconder los textos sagrados antes de las matanzas y saqueos.
Después los toltecas serían dispersados y Tula destruida, reducida a escombros y quemada. Los blancos fabricarían instrumentos de destrucción cada vez más poderosos hasta terminar provocando su aniquilamiento. La catástrofe estaría cercana el día que los restos de Tula serían descubiertos, restaurados y estudiados.
Se cree que Tula se encontraría debajo de Teotihuacán. Después del holocausto los Toltecas con sus hermanos de todo el mundo reconstruirían Tula y repondrían en ella los libros sagrados:
“Dejé de ver la era de la destrucción. Ya había pasado la era de la Guerra. Veía más allá de la era de la carnicería...Tula brilla con toda su gloria, aunque los metales me resultan desconocidos. La gente viste con tejidos que no conozco y viaja de manera que nos resulta inexplicable. Ha desaparecido de los rostros la huella del temor y del sufrimiento”
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