En efecto, en el Museo de Paleontología de Moscú (adscrito al Paleontological Institute of Russian Academy of Sciencies 117868- Moscow, Profsoyuznaya st., 123) puede contemplarse el esqueleto de un bisonte que en su cráneo presenta un agujero perfectamente redondo y que tuvo que ser causado por el impacto de un proyectil lanzado a gran velocidad. En otras palabras, su aspecto es sospechosamente parecido al que dejaría una bala de moderno calibre. Sólo que este animal originario de Yakuzia, en la Siberia oriental, vivió en aquellas latitudes hace entre 30.000 y 70.000 años, cuando el hombre no pasaba de ser (según la historia oficial) un mero neanderthal
Desde posturas academicistas se ha sugerido que tal impacto (cuya realidad es tan evidente que no puede ser negada) pudo deberse a causas naturales. Y se añade que el único fenómeno natural que pudo provocar algo así habría sido el impacto de un pequeño meteorito. Francamente, por muy expertos que sean los enunciadores de tan descabellada teoría, ésta me parece totalmente absurda ¿Se imaginan un meteorito, penetrando en la atmósfera terrestre e impactando justo en el centro del cráneo de un bisonte en plena estepa siberiana? ¿Qué posibilidades hay de que tal hecho ocurra realmente? Además, un meteorito de tales características debería haberse desintegrado por efecto del rozamiento con el aire, antes de golpear al animal.
Los estudiosos se han puesto de acuerdo en que fue precisamente este impacto lo que provocó con toda probabilidad la muerte del animal, sin embargo no coinciden en lo que pudo causarlo. De haberlo producido alguno de los utensilios que utilizaban los hombres de aquella época, el cráneo hubiera sido destrozado o, en todo caso, no hubiera podido producirse un agujero perfectamente regular y sin grietas a su alrededor. No es así, y lo cierto es que estamos ante un orificio efectuado limpiamente.
¿Quién se dedicaba a cazar con rifle hace diez mil años?
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