En algunos monasterios de Nepal se conservan restos supuestamente pertenecientes al Yeti, pero que posteriormente se ha demostrado pertenecen a un tipo de cabra local. Por otra parte es muy dudosa la existencia de simios de semejante tamaño. En los monasterios budistas de Khumjung, Pangboche y Namché Bazam, en Nepal, se dice que conservan como reliquías los cueros cabelludos o escalpos de Yetis (además de una supuesta mano incorrupta en el de Pangboche). En 1961, tras un estudio efectuado de la cabellera de Khumjung, se dio a conocer que pertenecía a otra especie de animal, un pariente del rebeco, el serau del Himalaya (Capricornis thar) y no un primate desconocido. El objeto en cuestión, es un tipo de caperuza que suelen utilizar los monjes en las danzas rituales. La de los otros monasterios estabán igualmente confeccionadas. Estos artilugios se veneran y son considerados autenticas reliquías por parte de los monjes del monasterio porque son antiguos, tienen más de trescientos años.
El Yeti 1
El chuchuna es la versión rusa del Yeti. Habitaría supuestamente en el frío eterno de Siberia y, al igual que el Yeti y Pie Grande, se dice que sería muy difícil verlo. S. Nikolayev (miembro directivo de la Academia Yakutiense) propuso como explicación que los chuchunas serían unos de los últimos sobrevivientes de los aborígenes paleoasiáticos siberianos, que buscaron refugio en las regiones más inaccesibles de los ríos Yana e Indigirka.
El Yeti 2
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