El 5 de diciembre de 1872 la goleta inglesa Dei Gratias navegaba a unas 600 millas de las costas portuguesas cuando un barco que zigzagueaba con las velas desplegadas llamó poderosamente la atención de su capitán. Tras intentar infructuosamente comunicarse con la tripulación, tres marineros lo abordaron sin saber que lo que
hallarían originaría uno de los mayores enigmas de todos los tiempos. La misteriosa nave era el Mary Celeste, cuya tripulación desapareció inexplicablemente dejando todo intacto en su interior: la pipa del capitán todavía humeaba, la carga de 1.700 toneladas de alcohol estaba completa, la cocina prendida y la comida en la mesa. Los botes salvavidas, libros, cartas, dinero y un medallón de oro también permanecían en su lugar.
Leyenda o realidad, lo cierto es que la suerte del Mary Celeste y su tripulación no tardó en estimular la imaginación de quienes no encontraban una explicación al misterio. Conforme pasaban los años el mito era alimentado por toda suerte de explicaciones sobrenaturales
-como el ataque de pulpos gigantes o la intervención de extraterrestres- a los que luego se unieron relatos adornados luego por la tinta de escritores como H.G. Wells y Arthur Conan Doyle. Hoy, la historia vuelve a la memoria luego de que una expedición científica liderada por el escritor Clive Cussler y el productor de cine John Davis, descubrieran los restos del barco fantasma en el arrecife de Rochelais, frente a las costas de Haití. El capítulo finalPara muchos la historia del velero estaba marcada por el destino. Naufragios, choques y capitanes muertos en trágicas circunstancias otorgaban una siniestra reputación al Mary Celeste. Todo terminó en 1885,cuando su último capitán,G.C. Parker decidió intencionadamente lanzar el bergantín contra los arrecifes de Hahití,para cobrar el seguro.Acusado de fraude Parker murió en extrañas circunstancias antes del juicio.
Mary Celeste
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