El azul Maya:
Los mayas usaban, como punto de partida para sus colores, sustancias de origen mineral, vegetal e incluso animal (insectos), y los arqueólogos que han estudiado el tema siempre se habían sentido intrigados por la belleza y resistencia de su color azul. El arqueólogo Merwin lo mencionó en 1931 y pronto se demostró que el definido como azul maya era distinto a todos los conocidos y usados, por ejemplo, en las pinturas antiguas o medievales europeas. Aparte de su belleza, es extraordinariamente resistente a los ácidos diluidos, álcalis, disolventes, oxidantes, reductores, calor moderado e incluso biocorrosión. Por ejemplo, las pinturas del yacimiento de Bonampak durante siglos han mantenido su color en un ambiente de selva, lluvioso y caluroso.
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