viernes, 3 de abril de 2020

Ciudades sumergidas

La ciudad León


Una antigua ciudad de hace unos 2000 años se encuentra en las profundidades del lago Qiandao, en la provincia oriental de Zhejiang, al este de China. Se trata de Shi Cheng, conocida como la ciudad León, construida durante la dinastía Han Oriental que prosperó entre los años 25 y 220.

Para construir la represa hidroeléctrica del río Xi’an, las autoridades decidieron hundir Shi Cheng en 1957, por lo que la ciudad quedó cubierta por las aguas en 1959, Hoy es visitada por arqueólogos y excursionistas.
La ciudad de León formaba parte del dominio de Sun Quan, fundador del reino de Wu, y uno de sus símbolos en el lago Qiandao es el taiji.
Ciudad de 6000 años bajo el lago Titicaca
El lago Titicaca entre Perú y Bolivia, a 3812 metros de altura, tiene una extensión de más de 8000 km2. En su interior, desde 1999 se han hecho numerosas excursiones, y se han descubierto piezas de oro, metal y piedra, que se encuentran hoy custodiadas en el museo.

La expedición italiana Akakor recorrió las aguas alrededor de las numerosas islas que comprende el lago, y descubrió a 50 metros de profundidad las ruinas de un templo que debió ser frecuentado posiblemente hace unos 6000 años atrás, época en que no estaba sumergido.Entre los muchos elementos que extrajeron, hay una figura de oro de 60 centímetros que pesó cerca de 40 kilogramos.Cerca del lago están los restos de tiahuanaco, una cultura extrañamente avanzada, capital del estado de Tiahuanacota. Algunos estudios la datan desde el año 1500 a.C, sin embargo, una de sus estructuras la, Puerta del Sol, se cree que es mucho más antigua, quizás tanto como las ruinas sumergidas del Titicaca.Las mismas aguas del Titicaca encierran un misterio, al estar relacionadas a las aguas del Pacífico, en un período en que el nivel del mar era mucho más alto.

Ciudad de Heracleion en la costa de Egipto


La ciudad de Heracleion se sumergió en la desembocadura del río Nilo frente a las costas de Alejandría, Egipto, posiblemente tras un terremoto y tsunami.Prosperó entre el siglo VII a.C. y VIII d.C para perderse en un momento hace más de 1000 años.En Heracleion se encontró un santuario dedicado al mítico guerrero griego mitad hombre y mitad divinidad, Heracles, dado a conocer por los romanos como Hércules.Muchos elementos testimonian que además su población honraba al dios egipcio Amon, quien con el paso de los romanos quedó registrado como el dios Zeus.
Una estela intacta referida al rey Ptolomeo, dice en egipcio y griego el nombre de la ciudad: Tonis, y Heracleion respectivamente. Aquí ambas culturas convivieron e intercambiaron sus productos comerciales.“Heracleion desapareció sin dejar rastro, y ahora, más de mil años más tarde, monedas de oro y objetos sagrados emergieron de las profundidades, como mudos testimonios de los trágicos sucesos que golpearon a esas ciudades”, destacó la muestra itinerante de los hallazgos encontrados en la excavaciones iniciadas el año 2000, dirigidas por Franck Goddio, del Instituto Europeo de Arqueología Submarina.

Dwarka en la costa este de India

En el texto sanscrito hindú Mahabhárata, del siglo III a.C., se menciona una leyenda de una rica ciudad llamada Dwarka o Swarnadwarika, que albergaba palacios de oro, plata y piedras preciosas. Fue construida en una isla por Krishna, personaje mitológico elogiado por sus poderes divinos.Después que Krishna dejara su residencia en Mathura, al interior de la India, cuando llegó a ser rey fundó la ciudad para la comunidad de los Yadava. Sin embargo el karma -del bien y mal- que llevaba la población permitió que el lugar se hundiera bajo el mar.

Según los relatos citados por Indian Holiday, cuando Krishna estaba muriendo, pidió a sus súbditos que se fueran de Swarnadwarika para no ser engullidos por las aguas. Por eso, destaca la leyenda, “hasta el día de hoy la amada ciudad del Señor Krishna está enterrada bajo el mar”.Existe hoy una moderna ciudad llamada Dwarka, en memoria de la ciudad de Krishna, y en su costa las excavaciones han expuesto un total cinco asentamientos o ciudades milenaria sumergidas bajo el mar, Se cree que la Dwarka de Krishna es en realidad un séptimo asentamiento aún más antiguo, que está aun más lejos hacia el interior.Las excavaciones revelan una cultura de más de 4000 a 5000 años atrás, pero de acuerdo a afirmaciones de Ancient Explorer, el primer asentamiento podría remontarse cerca de 30.000 años atrás.La ciudad Dwarka actual se encuentra en la desembocadura del río Gomti, en la costa de Saurashtra. En tiempos remotos se la llamó Dwaravatior Kushasthali.

Akra, en aguas del del Mar Negro

Las evidencias arqueológicas revelan que los habitantes de la ciudad colonial griega Akra, en la costa actual de Crimea, sufrieron una lenta inundación por el alza del mar. Un triste destino anunciado para muchas ciudades del mundo de hoy. Akra fue un floreciente centro comercial de origen helénico cuando la costa de Crimea eran ocupadas por el reino Bosforo, que se extendía hasta la península de Taman.En principio sus habitantes construyeron poderosas defensas de 120 metros de largo a unos 600 metros de distancia para evitar la llegada de las aguas, pero todo fue en vano.Estas fueron descubiertas en las excavaciones submarinas entre 1983 y 1985. por la Academia de Ciencias de Rusia. También se encontraron sumergidas ánforas del siglo IV a.C.Por más de una docena, y quizás unos cien años, los residentes lucharon contra el alza del mar”, dice el reporte de Earth Chronicles de Rusia.Al final, las aguas prevalecieron y la gente se vio forzada a un traslado. Primero los habitantes se situaron en un lugar más alto, y más tarde abandonaron la ciudad por completo. Fue mencionada en los escritos de Estrabón y Plinio el Viejo.Los mismo de Akra ocurrió con Fanagoria, la mayor colonia griega de la Península de Taman, al borde del estrecho que separa el Mar Negro del lago Azov.El reino Bosforo afrontó no solo las aguas, sino las guerras con los habitantes originarios de Crimea, hasta sufrir la invasión de los Unos en los años 375 y 376. De su civilización se encontraron piezas valiosas que demuestran su calidad artística y arquitectónica.

Nan Madol, en medio del Pacífico

Nan Nadol corresponde a casi un centenar de islas artificiales de gigantescos megalitos sobre bancos de coral al este de la isla de Temwen, en el Pacífico, las cuales se extienden por cerca de 1,5 kilómetros, hasta incluir la isla Pohnpei, de la Micronesia. Todas forman parte de las Islas Carolinas.En su superficie fueron habitadas desde los siglos I y II, pero testimonios aseguran que bajo el mar se encuentran numerosos vestigios de una cultura desconocida y una vasta ciudad prehistórica, explica el sitio Greenarea.¿Por qué se transportaron grandes y pesados megalitos de 20 hasta 50 toneladas cada uno?Se narra que después de un gran cataclismo llegaron al lugar nueve parejas en canoa en busca donde instalarse. Desde una nube en cambio, llegaron dos hermanos con poderes mágicos que fueron los constructores de Nan Madol. Con su grandes poderes eran capaces de llamar a las piedras y transportarlas de una lado a otro.Se menciona además que las islas artificiales indican el lugar donde quedó sumergida una gran ciudad, que irradiaba luces. Entre sus residentes habían personas elevadas, o iniciados en los secretos del Universo, del cual las personas comunes eran ignorantes, publicó Diario del viajero.Los relatos locales cuentan que antiguos buscadores de perlas japoneses dijeron haber visto bajo las aguas calles bien conservadas cubiertas por moluscos y corales. Otras historias indican que en el pasado se extrajeron momias conservadas en urnas de platino.Así mismo sobre expediciones bajo el mar que habrían descubierto columnas verticales bajo las aguas con una construcción diferente a aquella de la superficie.La leyenda local da un trágico destino a quienes permanecen en Nan Madol durante la noche.

Alejandría

Parte de la mítica ciudad Alejandría, fundada por Alejandro Magno en el año 331 a.C quedó bajo unos 6,5 metros de agua por un fuerte cataclismo.De acuerdo a los arqueólogos, si se estima que la antigua ciudad se encontraba a una altura de dos metros sobre el nivel del mar, se puede deducir que los colapsos sucesivos (posiblemete de terremotos) combinados con las subidas del nivel del mar “crearon una diferencia de más de ocho metros entre las tierras y las estructuras y su nivel original”.El “Portus Magnus” se ve en la siguiente ilustración, tal como debió extenderse antes que las grandes destrucciones cambiaran la topografía de la zona.


miércoles, 24 de mayo de 2017

Monolito - Piedra de Ingá Brasil

Monolito - Piedra de Ingá Brasil

El monolito conocido como piedra de Ingá en Brasil, es uno de los mayores enigmas de la humanidad. La enorme roca de unos 24 metros de longitud por algo más de 3 de altura contiene inscripciones en forma de dibujos en jeroglíficos que no han podido ser descifrados por los arqueólogos por el momento.

La
piedra de Ingá o en portugués conocida por "pedra do Ingá", se encuentra al noreste de Brasil a las orillas del Río Ingá cerca de la ciudad de Paraibano. La roca es del tipo Gneis una variedad de roca compuesta de granito y otros minerales de colores claros y oscuros, pero lo que desconcierta no es la composición de la roca, ya que este tipo de roca es muy común, los enigmas son los grabados en la roca en la que se pueden apreciar diferentes dibujos cuya antigüedad según las últimas estimaciones podrían ser de unos 6000 años.



Los dibujos o jeroglíficos que se pueden encontrar en el
monolito son de variada morfología, aunque algunos son muy sorprendentes y enigmáticos como por ejemplo uno de los dibujos con 6000 años de antigüedad según se estima, muestra una cruz, otro de los enigmáticos dibujos muestra lo que parece ser un avión a reacción, aunque otros son reconocibles como un cráneo o una rosa los arqueólogos no han logrado descifrar el enigmático mensaje que contiene la piedra de Ingá.
Las teorías sobre que civilización realizo las tallas en la roca son variadas, aunque la más probable teoría es que corresponde a los indígenas primitivos y de momento bastante desconocidos de América del Sur. Aunque como dije con anterioridad existen otras muchas teorías, una curiosa teoría la cual defienden algunos, es que los jeroglificos corresponden con escrituras jeroglificas fenicias.


Ludwig Schwennhagen fue un investigador austriaco que a principios del siglo XX fue a Brasil en busca de restos fenicios que probara que habían llegado a esta región de América del Sur, relaciono las inscripciones de la
piedra de Ingá con escritura jeroglifica fenicia e incluso con Egipto, aunque no pudo descifrar el contenido de los dibujos.

Otras de las hipótesis que parecen más descabelladas pero que no creo que se deban de pasar por alto, es la hipótesis de que son la obra de ingeniería extraterrestre y corresponde a complejos modelos matemáticos los cuales señalarían la distancia de la Luna con la Tierra, además de formulas producción de energía cuántica, entre otras sugerencias. El ufologo Claudio Quintans que es el presidente del centro de Ufología de Paraibano defiende que las inscripciones serían obra de visitantes del espacio que aterrizaron en la antigüedad en la zona, aunque como es de esperar con este tipo de teorías no existe forma por el momento de asegurarlo.

Es muy interesante todo lo relacionado con esta piedra de Ingá o gran monolito de Ingá, aunque la información deja mucho que desear, los enigmas están escritos en forma de dibujos en la roca y esperan que alguien algún día logre descifrarlos.

martes, 14 de febrero de 2017

Finisterre, el cementerio de barcos


La costa de los barcos olvidados

Finisterre, la costa da morte y el actual parque de las islas atlánticas esconden bajo sus aguas una verdadera colección histórica de hundimientos navales. Durante el último milenio  sus peligrosas costas han dado buena cuenta de todos aquellos navíos que quizás subestimaron los peligros mortales de su accidentada orografía y que por ello,  hoy descansan en sus fondos marinos.
Galicia sabe bien de ese aforismo en historia que dice que la civilización cabalga sobre las olas. Se puede decir que todas las culturas importantes de Europa, desde la Roma de Julio César, han cruzado las Islas Atlánticas en algún momento y han dejado su huella involuntariamente a través de naufragios. Así lo recoge el estudio elaborado por Parques Nacionales.
Los barcos hundidos en torno a los tres archipiélagos conforman un auténtico cementerio naval y humano. Son parte de la memoria histórica de Galicia, en este caso memoria sumergida.
Los primeros naufragios de los que se tienen noticias en las Cíes datan del año 899, cuando una flota musulmana al mando de Ben Abdelhamid se dirigía al norte de la Península y fue sorprendida por una tempestad a la altura de la desembocadura del Miño. Casi todas las naves se estrellaron contra las islas, se perdieron en alta mar o fueron atacadas por galeras pontevedresas.
El barco que sin duda tiene más fama es el Santo Cristo de Maracaibo, por la leyenda del tesoro que transportaba y que se supone se hundió con él en la batalla de Rande. También conocido como el galeón Mounmouth, hoy en día se sabe que «mucho de lo que creíamos conocer no es verdad», según el arqueólogo submarino Miguel San Claudio.

Choques

De singular importancia es también el Júpiter, un navío de la Armada británica de cincuenta cañones que naufragó en 1808 en los bajos de Carrumeiro. En los bajos Forcados se perdió el vapor Bonika en 1874 y en la playa de San Martín embarrancó el Adriano en 1886. Otro vapor francés, el Asturianne, naufragó en 1917 al escapar de un submarino alemán que había avistado. Fue en los Biduidos, que tienen un larga tradición de hundimientos: por ejemplo el vapor español Itálica y el griego Spyridon, ambos en 1922 y a causa de la niebla, y el pesquero Cuatro Hermanos, en 1934.
También marcados por el signo de la tragedia fueron los pesqueros Laureano Montenegro (seis muertos en 1928), Ave del Mar (26 muertos de Moaña en 1956) y Marbel (27 desaparecidos en 1978). La lista incluye dos vapores embarrancados, el Samwater inglés en 1947 tras incendiarse y el Cabo de la Plata español, en 1952, y el petrolero noruego Polycommander, que vertió 12.000 toneladas de crudo en la boca de la ría provocando una catástrofe ecológica en 1970.
El primer naufragio documentado fehacientemente en Sálvora es el de la goleta santanderina María Vicenta y data de 1907. Sorprendida por un temporal, fallecieron el patrón y dos tripulantes. En 1910 se hundió el quechemarín coruñés Juan Federico junto al islote Noro. Cargado de licores, vino y harina, su tripulación se puso a salvo en un velero que la llevó a Ribeira. Dos años después embarrancó el vapor barcelonés Juan Cunningham en la punta Lagos, al rompérsele los guardines del timón.

Catástrofes

Uno de los naufragios más famosos y trágicos de la reciente historia naval española ocurrió en 1921. En la catástrofe del vapor de correo Santa Isabel, que encalló contra las piedras de Pegar en medio de un fuerte temporal, perdieron la vida 213 personas. Fue el particular Titanic de la costa gallega, con tripulantes que se tiraron por la borda y la partición del casco en dos.

En el hundimiento de otro vapor en 1922, el Cataluña, no hubo que lamentar víctimas, lo mismo que con el mercante costero Orozko Tar Miker, que se dirigía de Vilagaría a Gijón con 320 toneladas de pino en 1930.
Ya en 1963 se perdió el mercante portugués San Silverio en Punta Pirula y en 1966, el pesquero Atlántico en medio de un tormenta con un solo superviviente.
Los dos últimos naufragios de consideración en Sálvora fueron los del costero vasco Urmaya, en 1984, y del pesquero Nuevo Torre de Likona, en 1993. El primero acabó sus días en Besugueiros y el segundo, en Figueiriño. Ocurrieron al sur de la isla.
El archipiélago de Ons también ha sido escenario de luctuosos accidentes marítimos. Como el del vapor mercante francés Barsac, que había sido requisado por la Armada francesa y reconvertido en crucero auxiliar. Embarrancó en Onza en 1940, en medio de un violento temporal, quedando destrozado y sin posibilidad de pedir ayuda por radio porque un golpe de mar le arrancó el puente. Los tripulantes lanzaron bengalas y varios barcos que acudieron al lugar. Se salvaron muchas vidas, pero se perdieron 18.

Militares

En 1952, el que había sido el mayor remolcador perteneciente a la Armada Española, el Cíclope, se partió en dos al topar con los bajos situados en Borneira. Le habían fallado las calderas cuando se dirigía a la Escuela Naval de Marín. Esta embarcación había transportado el submarino Isaac Peral de Cádiz a Cartagena.
El caso es que Ons y Onza son un auténtico camposanto de buques militares porque en ellas, además de los dos citados, también se hundió el submarino General Mola. En realidad era italiano. Se lo cedió Mussolini a Franco durante la Guerra Civil para combatir al potente Ejército Republicano en lo que concernía a fuerzas submarinas. Ya había llegado al límite de su vida activa y estaba siendo remolcado para su desguace. Fue en 1959, cuando chocó contra Ons al romperse el cable que lo mantenía unido al remolcador. Los habitantes de la isla lo despiezaron en múltiples ocasiones para fabricar extraños artilugios.
En el archipiélago buenense también hay restos de antiguos naufragios. Uno de ellos el de la goleta corsaria Brilliant en 1799, que explotó repentinamente cuando combatía con el corsario británico Revenge. Y en 1801 quedaron destruidos por fuerzas británicas el paquebote El Raposo y la corbeta Alcudia. El bergantín San Juan Bautista se hundió a consecuencia de un temporal en 1893.
La relación concluye con los pesqueros Azaña, Campos, Europa número 4, Santiago Cerviño y Nuevo Maruja Costa.
En el catálogo de naufragios acaecidos en el ámbito del actual Parque Nacional Marítimo-Terrestre Illas Atlánticas que ha realizado Miguel San Claudio se incluyen  32 siniestros registrados desde el siglo IX hasta el 15 de septiembre de 1993, cuando el pesquero Nuevo Torre de Likona se hundió en punta Figueiriño, al sudeste de la isla de Sálvora, cerrando, hasta el momento, esta memoria de infortuna.
El autor refiere la posibilidad de que un navío turco se perdiese en Ons en 1634 y dedica varias páginas al pecio cuya leyenda ha atraído desde hace décadas a la Ría a codiciosos buscadores de tesoros: el Santo Cristo de Maracaibo, caído en desgracia cerca de las Cíes durante la Batalla de Rande en 1702.
El arqueólogo submarino Miguel San Claudio también revela las dudas que existen hoy sobre el auténtico nombre del galeón y su verdadera carga. Refiere la hipótesis según la cual parte del tesoro habría sido puesto a salvo antes de que los británicos pusiesen sus manos sobre él y que éstos mintieron sobre la cuantía real para no tener que justificarse por tan escaso botín.
Junto con el naufragio del Santo Cristo, el experto destaca por la «riqueza patrimonial» que depositó en nuestros fondos la tragedia de la flota de la Armada que se dirigía en 1719 hacia Escocia. Huyendo de una tormenta, los buques que la integraban se hundieron o chocaron contra las rocas a lo largo de la costa gallega. Es posible que alguno de ellos se encuentre en los fondos del parque.
En 2007 el parque impulsó una campaña arqueológica subacuática para conocer la potencialidad de sus fondos y así poder protegerlos. Fruto de aquellas inmersiones, se localizó en Cíes el pecio Rodas I, compuesto por elementos metálicos de un naufragio ocurrido a partir de mediados del siglo XIX. Los expertos también documentaron otro pecio compuesto por piezas metálicas y un tercero formado por un motor de combustión. El estudio también incluye la localización del «H.S.M. Jupiter», un navío militar británico del siglo XVIII, descubierto en 1956. Tampoco olvidemos el Prestige, que causó la peor marea negra de los últimos tiempos en las rías gallegas.
Aunque la mayoría de naufragios narrados en este post han sucedido en los alrededores del parque Islas Atlánticas, toda la costa Atlántica gallega tiene un historial similar, los terminos Costa da morte o Finisterre son para encuadrar más la zona, ya que son los más conocidos  aunque muy distintos entre si. Las fotografías del barco encallado y el pecio hundido no son de la zona, son simplemente ilustrativas.

domingo, 12 de febrero de 2017

Skull and Bones


En el seno de la muy elitista y puritana Universidad de Yale, son escogidos cada año por cooptación quince hijos de muy buenas familias. Estos forman una sociedad secreta de ritos morbosos: los Skull and Bones (Calavera y Huesos). A lo largo de su vida se apoyan y ayudan entre sí ante las veleidades democráticas de la plebe que aborrecen. Lejos de ser adversarios, los dos candidatos de la más reciente elección presidencial, George W. Bush y John Kerry, se codeaban en secreto desde hace 36 años en el seno de esa cofradía.
La asociación Skull & Bones ha inspirado una importante literatura conspiracionista que responsabiliza a sus miembros con el escándalo Watergate, la invasión de Bahía de Cochinos y aun con el asesinato de John F. Kennedy. Gracias a sus conexiones con el mundo de los negocios, sobretodo con el sector bancario, estos antiguos compinches de la Universidad de Yale controlarían las finanzas mundiales, y hasta el porvenir del planeta. Los Skull & Bones se habrían infiltrado en el Council on Foreign Relation, la Comisión Trilateral, la CIA, etc.
No se trata de discutir en Voltaire, una publicación laica, sobre el esoterismo practicado en esta organización durante los ritos de iniciación, o sus ceremonias anuales, sino de analizar su función social y su posible papel político. Los Skull & Bones son ante todo la ilustración de la manera cómo, en Estados Unidos, se ha perfeccionado un sistema de reproducción de las élites mediante una selección que, contrariamente al mito del self-made man, no tiene nada que ver con el azar o las cualidades individuales. En efecto,  los miembros más activos de la organización proceden de un «núcleo de unas 20 ó 30 familias», muy interesadas en la defensa de su legado y su linaje. Es por ello que son numerosos los matrimonios entre representantes de las familias a las que pertenecen los miembros de Skull & Bones, aunque únicamente los estudiantes varones eran admitidos, hasta hace poco, en la organización.

Yale, universidad puritana y elitista
Elihu Yale
Los Skull & Bones nacieron en el campus de la Universidad de Yale. A principios del siglo XVIII, el conjunto de universidades estadounidenses, ya sean Harvard, Williams, Bowdoin, Middlebury o incluso Amherst, fueron fundadas por congregacionalistas, pero se enfrentaban entonces a la competencia de los presbiterianos, lo que incitó a actuar al presidente de Harvard, Increase Mather. En 1701, éste deja su puesto y crea una nueva universidad «para que el interés de la Religión sea preservado, y que la Verdad sea transmitida a las generaciones futuras». Con la ayuda de diez pastores, nueve de los cuales venían de Harvard, logra fundar así la Collegiate School of Connecticut. En 1711, Isaac Newton, Richard Steel y Elihu Yale son contactados para que transfieran a la nueva institución algunos libros de sus colecciones personales. Los contactos con Yale, quien se había hecho extremadamente rico gracias a sus actividades en el seno de la Compañía de las Indias Orientales y como gobernador de la colonia de Madrás, fueron particularmente fructíferos. Además de proveer libros, Yale financia generosamente la universidad, que le rinde homenaje adoptando su nombre, Yale University, a partir de 1720.
Los lazos con el congregacionalismo garantizan el puritanismo de la enseñanza y el modo de funcionamiento de Yale. Estudiantes y profesores están obligados a hacer profesión de fe para ser admitidos en el establecimiento y se exponen a ser expulsados si su sinceridad es puesta en duda. A este puritanismo se agrega un enconado elitismo: les estudiantes son clasificados, desde que llegan a Yale, no según sus capacidades sino en función de la posición social de sus padres. En primer lugar, los hijos o nietos de gobernadores y vicegobernadores. Después, los familiares de jueces de la Corte Suprema. Un poco más abajo, los hijos de pastores y de antiguos alumnos. Al final de la cola, los hijos de granjeros, comerciantes y artesanos. Esta clasificación determina dónde se sentará cada alumno en las aulas, la capilla y el comedor. Lo más asombroso,  no es que esta clasificación inicial dependa del estatus social de la familia del alumno, algo corriente en muchas universidades del siglo XVIII, sino que se mantenga durante los estudios. Yale se convierte así en el ejemplo ideal típico de una institución que reproduce las élites y su jerarquía interna. La pérdida del rango inicial es resultado de alguna violación de la disciplina y se considera un castigo al alumno que ha manchado así el honor de su familia.
Hay que agregar a este modo poco usual de funcionamiento la libertad expresamente otorgada a los alumnos de mayor edad para imponer novatadas, incluso las más humillantes y crueles, a los estudiantes de clases inferiores. El reglamento estipula una serie de medidas para garantizar el respeto de la más arbitraria jerarquía, basada únicamente en la edad. Estas prácticas autorizadas reflejan,  el «poder enorme de las “costumbres” de la escuela en la creación de una locura temporal que convierte a hombres débiles en seres crueles y a hombres buenos en seres sin piedad».
Esta propensión al elitismo, a la jerarquía brutal y al puritanismo incita a los alumnos, a finales del siglo XVIII, a crear varias sociedades paralelas a la universidad. Se trata, al principio, de sociedades literarias, como Linonia y Brothers in Unity. Se exhorta a los alumnos a entrar en una u otra de estas organizaciones, algo que no parece lo suficientemente elitista a los que desean una estricta reproducción de la nueva «aristocracia» estadounidense. En 1780, se funda en Yale la rama Alpha de la organización Phi Betta Kappa. Otras sociedades florecen en esa época: la Beethoven Society, el Hexahedron Club… Poco a poco, las tertulias literarias pierden su importancia, reemplazadas por sociedades secretas, más elitistas y cerradas. A mediados del siglo XIX, las tres principales son los Skull and Bones (Calavera y Huesos), los Scroll and Key (Pergamino y Llave) y Wolf’s Head (Cabeza de Lobo).
Paralelamente, el claustro de profesores de Yale decide seguir la tendencia. Seis años después de la creación de Skull & Bones, seis miembros de la élite del claustro de profesores se reúnen en el «Club», que rápidamente comenzaría a ser llamado el «Old Man’s Club». Entre sus seis miembros fundadores se encuentran los profesores Josiah Willard Gibbs y Theodore Dwight Woolsey. La organización contará pronto en sus filas a William Howard Taft, al futuro chief justice del Estado de Connecticut Simeon E. Baldwin, al universitario Thomas Bergin, al neurocirujano Harvey Cushing y al fundador de los Skull & Bones, William H. Russell. De éstos, Thomas Bergin y Harvey Cushing no se convertirán en miembros de los Skull & Bones.

La guerra del opio
La universidad de Yale constituye un terreno particularmente fértil para una sociedad secreta tan elitista e influyente como los Skull & Bones. Pero el éxito de esta organización secreta se debe también en gran parte a la poderosa familia Russell, uno de cuyos miembros, el reverendo Noadah Russell, miembro eminente de la Iglesia Congregacionalista, participó en la creación de Yale. La familia Russell se implicó también en la gran guerra del opio que enfrentó al Reino Unido y China durante la primera mitad del siglo XIX.

A finales del siglo XVIII, el monopolio de la explotación del opio cultivado en Bengala con el beneplácito de Inglaterra había sido otorgado a la Compañía de las Indias Orientales, sociedad que dependía directamente de la corona británica y en la cual había participado Elihu Yale. La guerra del opio, que comenzó alrededor del año 1815, tenía como objetivo imponer la introducción de esa droga al enorme mercado chino. De 320 toneladas anuales en 1792, el contrabando de opio se eleva a 480 toneladas en 1817 y alcanza las 3 200 toneladas en 1837. China pide entonces a la reina Victoria que ponga fin al tráfico. La soberana anuncia que las ganancias que reporta éste al Reino Unido son demasiado importantes para que ella decida renunciar a éstas. La tensión aumenta entre Pekín y Londres: en febrero de 1839, un traficante chino es ejecutado frente a las representaciones de comerciantes británicos en Cantón. En junio de 1839, la Corona acepta destruir importantes cargamentos de opio. Numerosos ingleses abandonan entonces Cantón y Macao para retomar el tráfico de drogas un poco más lejos, bajo la protección oficial de la marina británica. El choque es ya inevitable: el 4 de septiembre, tiene lugar la primera batalla naval de la guerra del opio, que ocasiona la destrucción de numerosos navíos chinos. Los enfrentamientos demuestran «la fragilidad de los juncos de guerra chinos y la sanguinaria determinación de los protestantes ingleses de que salgan victoriosos los principios del liberalismo fundado en el tráfico de opio» .
Samuel Russel, primo de William Russell, es un importante protagonista de la guerra del opio. De nacionalidad estadounidense, es el fundador, en 1813, de la Russel & Company, compañía que competirá, en 1820, con el dominio británico del tráfico de droga hacia China. Uno de los miembros eminentes de la sociedad era Warren Delano Jr., abuelo de Franklin Delano Roosevelt.

Del club Eulogie a los Skull and Bones
William Huntington Russell
Es en este contexto que William Russel crea los Skulls & Bones, en 1832. Se hace difícil establecer las circunstancias con precisión. Al principio, podría tratarse de una reacción a la exclusión de un miembro de los Phi Beta Kappa, Eleazar Kingsbury Forster. Indignado ante tal manera de proceder y deseoso de dar de nuevo vitalidad a Yale, William Russel habría condenado la decisión de Phi Beta Kappa, dando abrigo a Forster y fundado, con otros trece estudiantes de Yale (entre quienes se encuentra Alfonso Taft , una sociedad más secreta aún y todavía más fuerte, originalmente llamada Club Eulogie, nombre de la diosa griega de la elocuencia. Todavía bajo la impresión de un reciente viaje a Alemania, Russel incluye una buena cantidad de referencias germánicas en el ritual. En 1833, los jóvenes miembros adoptan la calavera y los huesos como emblema. En esa misma época, el número 322 se convierte en la «cifra clave» de la organización. El 322 antes de Cristo es justamente el año de la muerte del orador griego Demóstenes. Según la «tradición Skull and Bones», la diosa Eulogie se fue entonces al paraíso para volver en 1832 y unirse a la sociedad secreta.
En 1856, los Skull and Bones son oficialmente incorporados al Russell Trust, propiedad de William H. Russell, gracias a Daniel Coit Gilman (Bones 1852), presidente fundador de la Universidad John Hopkins. El 13 de marzo del mismo año, la organización cambia de cuartel general y se instala en un impresionante edificio del recinto universitario de Yale, pomposamente bautizado «la Tumba».
la tumba

El lugar se llena rápidamente de reliquias guerreras y macabras: pueden verse allí, según los testimonios de algunos miembros, una acumulación de banderas, de colgaduras negras y de armas recogidas en campos de batalla. Como para que no se olvide que se trata de una confraternidad de estudiantes, una serie de pelotas de baseball provenientes de míticos encuentros ganados por Yale se expone en una sala. El logo de la calavera aparece prácticamente encima de todos los lugares vacíos mientras que huesos de animales se exponen en varias paredes. También pueden verse algunos esqueletos y huesos humanos. La mayoría de los cuadros expuestos en el recinto representa a la Muerte encontrándose con tal o más cual personaje célebre.
Jeronimo
Una polémica estalló a principios de los años 1980 alrededor del cráneo de Gerónimo, que los Skull & Bones afirmaban tener en su posesión. Incluso lo mostraron a un jefe de la tribu apache de Arizona, Ned Anderson. Cuando se les pidió la devolución del cráneo, los miembros de la organización presentaron otro diferente. Un análisis demostró que era el cráneo de un niño de diez años, no el del jefe indio. La autenticidad de la reliquia, que regresó posteriormente a «la Tumba», es por tanto dudosa.
Hoy se conoce mejor el funcionamiento de la organización. Cada año se reclutan quince miembros, lo cual permite estimar en cerca de 800 el número de miembros vivos de la organización en cualquier momento preciso. Bajo la autoridad de los miembros más antiguos, los quince felices elegidos se reúnen dos veces por semana durante un año para conversar de sus vidas, de sus estudios y sus proyectos profesionales. También hay debates sobre cuestiones políticas y sociales. Una vez al año, la sociedad organiza un retiro en Deer Iland, una vasta isla situada en el río Saint Laurent, cerca de Nueva York, donde se ha construido un club señorial al estilo inglés. El nombre de la isla es Deer Iland, no Deer Island, porque tal fue la voluntad de George D. Miller, miembro de los Skull & Bones y generoso donante de la residencia.
El ritual de iniciación fue objeto de las más descabelladas elucubraciones por parte de los detractores de la organización. Sin embargo, como en el ritual masónico, el secreto que lo rodea constituye su elemento más determinante y, si es efectivamente posible que las ceremonias que se desarrollan en el recinto de «la Tumba» hayan tenido en algún momento connotaciones paganas, e incluso satánicas, hay que recordar también que las novatadas que inflingían a los nuevos alumnos de Yale eran, en el pasado, particularmente crueles. Pese a ello, es difícil que se pida hoy a los estudiantes seleccionados para entrar en la organización que se presten a juegos sexuales de mal gusto ante los demás iniciados.

La red
Lo más fascinante no es lo que sucede en el seno de la organización sino más bien la coherencia de su lista de miembros, reveladora del talento de Skull and Bones en la formación de las élites del mañana. Es así que todos los presidentes de Estados Unidos que han pasado por Yale han sido miembros de los Skull & Bones: William Howard Taft, Georhe H. W. Bush y George W. Bush. Son a la vez incontables las personalidades miembros de la organización que han ocupado más tarde importantes funciones en el mundo de la política, de la diplomacia, de los medios de difusión e, incluso, del espionaje.
La organización dispone de importantes contactos en los medios diplomáticos, sobre todo en el Council on Foreign Relations. Por ejemplo, Henry Stimson, secretario de Guerra de Franklin Delano Roosevelt, el embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética Averell Harriman y J. Richardson Dilworth, administrador de los intereses de la familia Rockefeller, eran miembros de los Skull and Bones.
Varios miembros de Skull & Bones han alcanzado también notoriedad en el mundo de los medios de difusión. Al parecer, Henry Luce y Briton Haden, miembros de la organización desde 1920, habrían concebido juntos la idea de crear la revista Time durante una reunión en «la Tumba» mientras que Averell Harriman fue el fundador del diario Today, que se fusionó con otra revista en 1937 convirtiéndose en Newsweek.
Los contactos con la CIA son particularmente impresionantes: William F. Buckley, miembro ultraconservador de la Agencia y conocido propagandista, fue miembro de la asociación, al igual que su hermano, James Buckley, subsecretario de Estado para la Seguridad, Ciencia y Tecnología, en el gobierno de Ronald Reagan, puesto desde el cual supervisaba la entrega de la ayuda militar estadounidense destinada a los regímenes de derecha. Hugh Cunningham (Bones 1934) también tuvo una larga carrera en los servicios estadounidenses, de 1947 a 1973. William Bundy, Bonesman de la promoción de 1939, se encuentra en el mismo caso, así como Dino Pionzio (Bones 1950), jefe de la estación CIA en Santiago de Chile en 1970, donde ayudó a desestabilizar al gobierno de Salvador Allende.
Los Bush
Al servir de medio de reproducción de la élite económica y política del país la organización se ha asegurado una benevolencia poco acostumbrada por parte de las autoridades. En 1943, un acta legislativa especial adoptada por el Estado de Connecticut eximió a los socios de la Russell Trust Association, que administra, entre otras cosas, los haberes de la sociedad secreta, de la presentación del informe de actividad que se exige a cualquier otra sociedad. Durante la segunda mitad del siglo XX, sus fondos fueron administrados por John B. Madden Jr., miembro de Brown Brothers Harriman, sociedad nacida de la fusión, en 1933, de Brown BROS & Company y de W.A. Harriman & Company. Madden trabajaba entonces bajo las órdenes de Prescott Bush, padre del futuro presidente George H.W. Bush y abuelo del actual presidente de Estados Unidos. Naturalmente, todos estos personajes son miembros de los Skull & Bones.
Otra fuente de fondos: los Rockefeller. Percy Rockefeller fue miembro de la Orden y vinculó la organización a las propiedades de la Standard Oil. Otra importante familia ligada a los Skull & Bones es la de los Morgan. J.P. Morgan no fue nunca miembro de la sociedad, pero Harold Stanley, miembro del equipo dirigente del Morgan’s Guaranty Trust, perteneció a ella desde 1908. W. Averell Harriman, de la promoción de 1913, fue también miembro del consejo administrativo, al igual que H.P. Whitney y su padre, W.C. Whitney. Es también de forma indirecta que la organización ha podido beneficiarse con fondos de la familia Ford, aparentemente en contra de la opinión de la misma. McGeorge Bundy, miembro de los Skull & Bones, fue en efecto presidente de la Fundación Ford de 1966 a 1978, después de haber sido asesor para la Seguridad Nacional bajo John F. Kennedy y Lyndon Johnson.

Presidencial 2004: Skull and Bones cara a cara

Los Skull & Bones no tienen verdaderamente un discurso ideológico, aunque no es corriente reverenciar a un financista de la guerra del opio o utilizar como objeto ritual el supuesto cráneo del último jefe de un pueblo recientemente exterminado. Contrariamente a lo que la literatura conspiracionista haya podido mencionar, no se trata de un club de neonazis, de ultraconservadores o tan siquiera de halcones. Sin embargo, como representante de la futura élite (lo cual implica ya el hecho de pertenecer a la clase social que dispone de suficiente capital sociocultural como para triunfar en los diferentes campos del poder), los miembros de Skull & Bones comparten una misma visión del mundo y de las relaciones en el seno de la sociedad. Son todos capitalistas partidarios de un seudoliberalismo y defensores de los valores de Libertad que presuntamente encarnan los Estados Unidos. Aún habiendo respondido recientemente a los cantos de sirena de lo «políticamente correcto» al admitir progresivamente a algunos representantes de las minorías étnicas y sexuales, y más tarde de las mujeres, en 1991 –provocando la consternación, entre otros, del ex-presidente George H.W. Bush–, las élites reunidas en los Skull & Bones no dejan de ser por ello la encarnación casi perfecta del pensamiento único de la clase dirigente estadounidense.
Miembros de skull and bones
El hecho de que los dos últimos candidatos a la presidencia de Estados Unidos, George W. Bush y John Kerry, fueran miembros de la organización no puede ser interpretado como la manifestación de una elección arreglada de antemano entre dos cómplices. Podemos sin embargo inquietarnos legítimamente por la forma en que se establece la selección en el terreno político estadounidense ya que, si los dos candidatos son capaces de enfrentarse duramente, no hay dudas de que ambos pertenecen a un medio social estrecho y homogéneo y que, por esa razón, defienden, a pesar de sus divergencias, intereses parecidos. En cierta forma, parafraseando a un político francés, la elección presidencial de 2004 habría sido «Skull and Bones o Bones and Skull». Es además por esa misma razón que la Orden llama tanto la atención, porque encarna la quintaesencia del medio social más favorecido de Estados Unidos y cuyos puntos de vista están lejos de representar el ideal democrático al que aspira el resto de la población. Individualmente, numerosos miembros de la organización han estado involucrados en la mayoría de las «acciones sucias» de Estados Unidos en los últimos cincuenta años, de la invasión de Bahía de Cochinos a la elaboración de la doctrina nuclear, pasando por el derrocamiento de Salvador Allende. Y han podido hacerlo únicamente fuera del marco de las instituciones democráticas, amparados por el secreto de su complicidad y sobre la base de una vieja confraternidad. Sin embargo, ninguna decisión de ese tipo ha sido tomada en el seno mismo de la asociación de los Skull & Bones. No se trata de una estructura jerarquizada, apta para tomar tales decisiones y hacer que se apliquen. Como quiera que sea, la Orden secreta sigue siendo la fachada más evidente del «enemigo de clase» que representa la «aristocracia imperial» de Estados Unidos.

lunes, 6 de febrero de 2017

ENCUENTROS CON OVNIS EN GUERRAS

El público rara vez oye acerca de las interacciones entre el personal militar y las aeronaves inexplicadas -especialmente en tiempos de guerra. 
Conforme pasa el tiempo, sin embargo, las historias de OVNIs atrapados detrás de la burocracia comienzan a ver la luz del día. La guerra de Vietnam vio su participación en la actividad OVNI en la década de 1960. 
Un encuentro cercano, en 1968, involucró a la tripulación de un barco de patrulla estadounidense que reportó dos naves circulares brillantes tras ellos en la zona desmilitarizada que separa el Norte y el Sur de Vietnam . 

La tripulación a bordo de un segundo barco de patrulla más tarde dijo haber visto los OVNIs sobre el primer barco y un destello de luz, seguido de una explosión que destruyó completamente al barco. Estos informes desde Vietnam incluyen la cercana observación de aeronaves desconocidas que parecían albergar a sus pilotos.
Historias de OVNIs en tiempo de guerra se recrean en el episodio de estreno de la segunda temporada de "Hangar 1: The UFO Files" del History Channel. Los relatos se han extraído de decenas de miles de casos de OVNIs en los archivos de la Mutual UFO Network, grupo de investigación OVNI más grande del mundo. 

"Los militares estaban interesados [en los OVNIs] porque tenían capacidades muy por encima de cualquier cosa que teníamos, y ellos querían saber cuál era la tecnología y, francamente, a quien pertenecían", según el ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea, el capitán George Filer. 

Mientras estuvo en Vietnam, Filer -que tenía un permiso supersecreto- dio sesiones informativas diarias para el general George S. Brown, comandante adjunto de las operaciones aéreas en Vietnam. 

"Con frecuencia, el Vietcong o Vietnam del Norte estaría atacando un puesto de avanzada y yo lo explicaría, y contaríamos con el apoyo de tierra a aire, sobre todo en la noche donde nos gustaría ir allí con estas cañoneras, y se darían reuniones de información sobre todo eso", dijo Filer a The Huffington Post. "Parte del tiempo, no habrían naves no identificada sobre la DMZ." 
Filer describió un informe típico que él recibiría y que incluyó en sus informes a Brown: 

"Tendrías un avión volando a lo largo, haciendo alrededor de 500 nudos y un OVNI viene junto y hace algunos giros alrededor de la aeronave y luego vuela a tres veces la velocidad de uno de los aviones más rápidos que tenemos en la Fuerza Aérea. Así, obviamente, tiene una tecnología mucho más avanzada que cualquier cosa que tengamos". 

"Estaría dicho esto de manera no oficial. La gente dice muchas cosas que no se ponen por escrito o se inscriben a su nombre. Siempre estuvo esta parte de los OVNIs que, si estabas demasiado interesado, podrías estropear tu carrera. Y esto es cierto hoy en día, incluso con los pilotos comerciales. También he escuchado de personas que sirven en Afganistán diciendo que han visto OVNIs, y las noticias iraníes presentan informes OVNI con bastante regularidad". 
Durante una conferencia de prensa en 1973, cinco años después del encuentro OVNI de la patrullera, a Brown -como jefe de personal de la USAF- se le preguntó acerca de la posición de la Fuerza Aérea sobre los OVNIs:
No sé si esta historia se ha dicho alguna vez o no. Ellos no fueron llamados OVNIs. Fueron llamados helicópteros enemigos. Y sólo se observaron en la noche y sólo se observaron en ciertos lugares. Ellos fueron vistos alrededor de la zona de distensión en el comienzo del verano del '68. Y esto resultó en una muy pequeña batalla.

Y en el transcurso de esta, un destructor australiano recibió un golpe y nunca encontró ningún enemigo, sólo nos encontramos a nosotros mismos cuando todo había sido resuelto. Y esto provocó algunos disparos allí, y no había ningún enemigo involucrado, pero siempre reaccionamos.

Siempre de noche, lo mismo sucedió en Pleiku, en las tierras altas, en el 69.
 Muchas historias de OVNIs que luchan han surgido a lo largo de la historia.

Un temprano relato de guerra OVNI fue supuestamente visto por los ciudadanos de Nuremberg, Alemania, en 1561. En una mañana de abril, la Gaceta de Nuremberg describe una batalla aérea entre grandes "formas cilíndricas de las que surgieron esferas negras, rojas, anaranjadas y azul-blancas que se lanzaban... Todos estos elementos comenzaron a luchar el uno contra el otro". Un artista, Hans Glaser, creó un grabado del espectáculo, que se ve a continuación:

Durante la Segunda Guerra Mundial, también en Alemania, los pilotos de los aviones aliados a menudo informaron de misteriosas luces circulares que brillaban intensamente, de rápido movimiento, a las que se las denominó Foo Fighters. El New York Times las reportó como "jerga militar para los platillos voladores".

Filer -que documenta sus avistamientos OVNI y otras noticias en el sitio del National UFO Center- fue uno de los varios testigos militares de algo extraordinario en el cielo sobre Inglaterra. Era 1962, y era el navegante en una cisterna de reabastecimiento.

"Estábamos en el Mar del Norte, cuando el Control de Londres llamó y preguntó si estaríamos dispuestos a interceptar a un no identificado que había sobre Oxford y el área de Stonehenge. Acabábamos de terminar nuestra misión de reabastecimiento de combustible, por lo que se dijo que sí, y quitaron todo el tráfico a nuestro alrededor y nos dieron la máxima prioridad a medida que descendíamos hacia el OVNI. Todo lo que realmente tenían era un gran retorno de radar, pero era mucho más grande que un avión normal."


Filer (en la foto a la derecha) recordó cómo su pantalla de radar indicó que el OVNI era tan grande como el enorme puente Firth of Forth en Escocia que él y su tripulación a menudo utilizaban como un punto de navegación regular.
  
"La "cosa" estaba en 1000 pies y estábamos descendiendo a 32.000 pies. Recogimos a este gran retorno de radar, cuando aún estábamos cerca de 30 millas fuera. Estaba oscuro afuera y cuando llegamos mucho más cerca del objeto, vimos las luces a su alrededor, que resumían la forma de un cilindro, como un barco de crucero. A continuación, se elevó y se fue al espacio rápidamente"."Estábamos bastante seguros de que sólo habíamos visto un OVNI.


Los próximos episodios de "Hangar 1" para las próximas 12 semanas se centrarán en personas que han ocupado cargos militares y que están dispuestas a presentarse y contar sus historias. 

Una de las personas (aferrarse a sus sombreros...) es un hombre que dice que estuvo en la Infantería de Marina (esperen...) y que estuvo estacionado en Marte durante varios años. Así es: el planeta rojo Marte. Él va a describir que forma parte de una fuerza militar fuera del planeta. No vamos a emitir juicio... todavía. 

También está la historia de un sargento retirado del Ejército que dice que fue asignado a accidentes OVNI y casos de recuperación en donde ambas naves y cuerpos ET fueron supuestamente recuperados -algunos muertos, algunos vivos. 

En caso de que se lo pregunte, Hangar 1 es un hangar real donde MUFON, durante mucho tiempo, almacena todos sus archivos. En un momento dado, todos los archivos de la organización fueron alojados en este hangar de aeropuerto en alguna parte del centro del país. Las imágenes de Hangar 1 que aparecen en la serie son del verdadero hangar.