Lugares terrorificos, fantasmales,escalofriantes



El mundo está lleno de lugares y cosas extrañas.  A continuación haremos un recorrido por algunos de  los lugares más extraños,tenebrosos,fantasmales y escalofriantes del mundo.Disfruten del paseo


 Lago Truk en Micronesia



La Laguna de Truk, ubicada en Micronesia, siempre ha sido uno de los lugares favoritos entre los exploradores y buzos. En aquel lugar hay una flota naval japonesa sumergida. En las aguas hay escombros de los buques de guerra y portaaviones hundidas en 1944. Dicen que hasta la actualidad hay la posibilidad de albergar decenas de bombas sin estallar, por lo que se suele prohibir el buceo. Aún así hay muchos osados que se tiran a las aguas para experimentar cosas nuevas.




 
 
Lago Truk





Museo de Historia de la Medicina Myuttera



En este museo se pueden ver esqueletos colgando de armarios y estanterías. Es el Museo de Historia de la Medicina Myuttera. En él se exponen al público equipos médicos y biológicos; tiene además una vasta colección de cráneos, cadáveres, un esqueleto de gemelos siameses y algunas otras cosas poco comunes.

 
Medical museum


Pantano de Manchac (Luisiana)




También es conocido como “el pantano encantado”. Dicen que una bruja maldijo aquel lugar, generando ya muchas muerte, además de la desaparición de tres aldeas luego de un huracán. El lugar es visitado por pocos turistas, los más osados.


 
Pantano de Manchac

Catacumbas de París, Francia



Las catacumbas de París son un famoso osario subterráneo en París, con huesos y cráneos colocados a ambos lados del corredor, haciendo una especie de stock de cráneos. Un lugar muy escalofriante.




 
Catacumbas de Paris

Catacumbas de Lima, Perú
 
Catacumbas de Lima
 
 
Las catacumbas de los capuchinos,Palermo

Las catacumbas de los Capuchinos en Palermo, Sicilia (Italia) alberga uno de los museos mas escalofriantes y singulares del mundo.

Las catacumbas datan de 1599 cuando se enterró por primera vez a un monje con fama de santo para que fuera rezado y visitado, el Hermano Silvestro de Gubio. Así descubrieron los monjes las especiales condiciones climáticas que reunían las catacumbas.
Poco a poco esto fue convirtiendose en una tradición local, al punto de que muchos dejaban instrucciones en su testamento respecto a las ropas que lucirían después de muertos e incluso las que deberían ponerle pasado un tiempo.
Así se fueron reuniendo aproximadamente un total de 8.000 cadáveres que se exponen como si de una galería de la muerte se tratase. Muchos fueron embalsamados con diferentes métodos.
Están expuestos en hileras clasificados en Hombres, Mujeres, Niños, Vírgenes, Monjes y Profesionales. En el pasillo de los profesionales podemos encontrar jueces, profesores, militares algunos incluso enterrados con sus ropas militares estilo napoleónico. Muchos de los cuerpos han sufrido deformaciones por el paso del tiempo o han perdido algunos de sus miembros.
Destaca por el estado de conservación el cuerpo de la pequeña Rosalía Lombardo una niña de 2 años que parece más bien dormida. El cuerpo fue momificado en 1920, por el doctor Solafia, mediante inyección de compuestos químicos pero hasta el día de hoy se desconoce la fórmula, pues se llevó su secreto a la tumba. Este fue uno de los últimos cuerpos que se depositaron en las catacumbas de Palermo que actualmente se pueden visitar mañana y tarde.
Una tradición Mortuoria
En Palermo, hasta el s. XVII, siguieron la costumbre de los franciscanos del culto a los muertos teniendo sepulturas exclusivas para los hermanos, no aceptando que fueran enterrados los particulares. Esta idea cambió a principios del s. XVII debido al traslado de los conventos a la periferia de la ciudad, donde tenían que construir capillas a expensas de algún benefactor que a veces les cedía un edificio con la condición de que a su muerte fueran enterrados en ellos, reservándose así el derecho de sepultura.
Por un Decreto de la Santa Sede de 1637 se concedió permiso a los capuchinos para enterrar en sus cementerios a extraños de la Orden. Así se cumplía el deseo de los fieles de reposar cerca de las reliquias de los santos y en la Iglesia pensando que así estarían también más cerca de la oración y en lugar santo.
Las actuales catacumbas, que han dado fama a la Iglesia y Convento de Capuchinos de Palermo, proceden del año 1599, cuando los frailes comenzaron a excavarlas y ampliarlas bajo el altar mayor por varios motivos: primero porque el lugar primitivo resultaba ya insuficiente y segundo porque decidieron trasladar los restos de los hermanos allí enterrados para dejar un lugar vacío que, debidamente acondicionado, sería utilizado como refugio u hospital para los viajeros que llegaban a Palermo de noche y no podían entrar en la ciudad cuyas puertas se cerraban herméticamente. Así, la primitiva cripta se transformó en hostería y hospital o refugio de viandantes.


Pero la gran sorpresa para los padres capuchinos fue que al ir a retirar los restos óseos de los enterrados para trasladarlos a las nuevas sepulturas de la catacumba, hallaron que los cuerpos de 40 de ellos se conservaban con la carne flexible aunque momificada, como si hiciese poco tiempo que hubiesen muerto. Esto fue a causa de la sequedad del terreno y las corrientes de aire. Pero además, los hermanos capuchinos desarrollaron una serie de técnicas especiales de embalsamamiento que les permitían conservar los cuerpos en buenas condiciones, evitando la putrefacción.
Estos cuerpos habían sido enterrados siguiendo su costumbre, sin caja, directamente en la tierra, como los musulmanes, en nichos excavados en las paredes. Trasladaron los cuerpos a sus nuevos refugios y, a medida que hacía falta, iban excavando nuevas galerías subterráneas así como nichos en sus muros donde colocaban los cuerpos de las frailes fallecidos.


Metodos de Embalsamamiento
El estado de conservación de los cadáveres era impresionante, en gran medida por la especiales condiciones del terreno y en otra por la gran pericia adquirida por los hermanos capuchinos a través de muchos años de práctica. Hay información de que los cuerpos eran colocados para su conservación en un baño de arsénico o de cal, siendo esta última utilizada más en épocas de epidemias. Es sabido que los cadáveres de los individuos muertos por envenenamiento por arsénico se conservan muy bien ya que este producto es un elemento que evita la corrupción de los cuerpos. Los capuchinos sabían esto sin duda y por eso utilizaron esta técnica, al menos en algunas ocasiones. En otros casos se practicó el embalsamamiento con diversos fármacos, inyecciones, que tenía como base la fórmula secreta inventada por el Dr. Solafia. El método más común utilizado fué el de deshidratar los cuerpos dejandolos a lo largo de los pasillos en pequeñas celdas llamadas "coladores".Los cuerpos eran secados en las celdas durante ocho meses,hasta que eran sacados y lavados con vinagre antes de ser expuestos.


De 1866 a 1897, los capuchinos fueron expulsados por los decretos de exclaustración quedando las catacumbas bajo la custodia del Ayuntamiento de Palermo. Durante este periodo de tiempo, los cuerpos, al no ser cuidados debidamente, se deterioraron bastante. Esto significa que los frailes cuidaban constantemente de los cuerpos, y que las momias debían ser vigiladas. En 1897, regresaron los capuchinos y comenzaron a restaurar los daños sufridos por los subterráneos y por las momias.
Algunos de los cuerpos fueron envueltos en telas de saco llenas de paja, lo que ayudó a su desecación y eliminación de la humedad y hongos que habían aparecido. También durante la Segunda Guerra Mundial hubo daños causados por el incendio de algunas bóvedas, a causa de los cuales algunos cadáveres sufrieron la acción del fuego. En 1966 hubo otro incendio que no tuvo mayores consecuencias y más tarde debido a los trabajos de pavimentación de las calles vecinas, aparecieron filtraciones de agua.


A partir de ese año se colocaron redes metálicas de protección para evitar que los visitantes de las catacumbas tocasen los cuerpos, ya que habían observado que algunos habían sido de alguna forma deteriorados por la curiosidad de la gente. Construyeron pequeños altares en las conjunciones de las galerías y también se pusieron algunas esculturas.
Estas catacumbas aun en día pueden ser visitadas y sin duda son uno de los lugares más escalofriantes que se pueden encontrar pues la mayoría de las veces las momias se encuentran al alcance de la mano y la muerte se puede sentir en el ambiente...
Catacumbas de Palermo




Sanatorio de Agramonte - España



En un principio era un lugar de gran lujo, pero durante la Guerra civil lo asaltaron y todo su personal fue cruelmente asesinado. Un tiempo permaneciò abandonado, hasta que FRANCO lo convirtio en hospital para enfermos de tuberculosis. Muchos de los que se hospitalizaron murieron en medio de terribles sufrimientos por que la situaciòn era precaria; de hecho, tuvo que improvisarse un cementerio junto a las instalaciones.

¿Qué sucede aquí?
Se han registrado psicofonías en las que al prender una grabadora, quedan guardadas voces que dicen "¿yo què hago aquì?" o "lárguense de este lugar". También hay muchas fotografìas de fantasmas, y algunos usan este hospital para hacer sesiones de magia negra.
Sanatorio de Agramonte



 
Raynham Hall - inglaterra


En este edificio se tomo lo que se considera la mejor foto de un fantasma: la famosa "dama de cafe". Esta extraña mujer se llamaba DOROTHY TOWNSHEND y murió en 1726. Se dice que su marido la descubriò con otro y fingiò su muerte para encerrarla en esta casa por el resto de su vida (enterrada viva, dicen otros). Desde entonces, son muchas las personas que afirman haberla visto.


¿Què sucede aquì?
Tal parece que la señora DOROTHY se apropiò de este lugar permanente mente, ya que se la han tomado algunas fotografias deambulando por los pasillos. E una ocasion le dispararon, pero la bala la atravesò limpiamente, ademas de que mucha gente afirma aver visto cuando baja por las escaleras o escucharla haciendo inexplicables ruidos.
 

                                                                    Raynham Hall

La mansiòn de Amityville - Estados Unidos


En 1974, la policìa encontrò los cuerpos de la familia DeFeo (mamà, papà y 4 de 5 hijos) en la mansiòn High Hopes. El asesino fue el hijo mayor (Ronnie DeFeo), quien confesò: "le disparè primaro a mi papà, luego a mi madre. No podia bajar el rifle ni dejar de disparar; fue como si algo se hubiera posesionado de mi". Tambièn dijo que unas voces que decian "Màtalos, màtalos", "acaba con ellos", lo obligaron a cometer esos crìmenes.

¿Què sucede aquì?
Despuès de los asesinatos de los DeFeo, otra familia comprò la casa, pero sòlo vivieron ahì 28 dìas por que el padre empezo a escuchar las mismas voces. Huyeron sin coger sus cosas. Actualmente la casa permanece deshabitada y las personas que van a visitarla dicen que hay cambios bruscos de temperatura, ven sombras y experimentan la sensaciòn de estar acompañados.

Misterios sin resolver,la casa de Amityville - documenal en cuatro partes.
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La rectorìa de Borbley, Essex - Inglaterra



Tiene el tìtulo de ser la casa màs embrujada de Inglaterra. La leyenda cuenta que era un monasterio benedictino en el que un monje y una monja se enamoraron y se escaparon en carruaje; lo malo fue que cuando los apresaron, el monje fue ahorcado, el chofer decapitado y la monja enterrada viva en las paredes del lugar.


¿Què sucede aquì?
Ademàs de la apariciòn de la monja, se han registrado màs de 2 mil fenomenos paranormales, algunos perfectamente documentados por revistas.
La rectoria de Borbley






Torre de Londres, Londres, Gran Bretaña




Miles de personas murieron en  esta prisión y centro de ejecución británico. Entre los espíritus más famosos están Ana Bolena, la segunda esposa de Enrique VIII y Jane Grey, quien fuera Reina de Inglaterra por nueve días. Durante siglos se han reportado innumerables fenómenos –el primer fantasma que se vio data de 1241–que van de figuras que cargan cuerpos decapitados –casi todos los espectros vistos carecen de cabeza– a procesiones funerarias sobrenaturales.




Debido a la cantidad de gente que murió ahí, es descrito como uno de los sitios más terroríficos de Inglaterra. Sin embargo, ningún guía de turistas de la Torre de Londres menciona algo sobre los fantasmas: dice la tradición que, si así lo hicieran, traerían mala suerte sobre ellos.
La torre de Londres



Transilvania, Rumania


Castillo de Corvin


Dos sitios son famosos en el área de Transilvania: el castillo Corvin y el castillo Bontida. El primero está embrujado por los espíritus de prisioneros turcos que fueron forzados a cavar con sus propias manos. También por una dama de blanco, aparentemente una noble asesinada por su esposo con una estaca de hierro que le clavó en la cabeza (la descubrió haciendo el amor con un sirviente).

Castillo Bontida


El país es famoso por el sanguinario príncipe Vlad Tepes, de quien deriva el mito del Conde Drácula, cuyo espíritu, según algunos rumanos, merodea todavía por la región. Transilvania es sinónimo de todo lo fantasmagórico.
Transilvania

Chingle Hall, Goosnargh, Gran Bretaña




Construida en forma de cruz por Adam de Singleton en 1260, tiene pasadizos y cuartos secretos. Por su tendencia católica –ahí nació San John Wall–, fue un lugar prohibido durante la revolución anglicana. En esta casa hubo torturas y asesinatos. Hoy, se contabilizan 21 fantasmas en su interior, incluyendo monjes y una mujer de “apariencia terrible”.



Se han realizado muchas investigaciones que han arrojado grabaciones en audio, video y fotografías ampliamente respetadas en el mundillo de la parapsicología. Se pelea con la rectoría de Borley el título de “la casa más embrujada de Inglaterra”. Los Kirkham, dueños actuales de la propiedad, permiten visitas de abril a octubre, y hasta organizan estancias nocturnas.
 
Chingle hall



 Las tenebrosas criptas de Namur y Laeken.

Las criptas olvidadas

A finales del siglo XIX muchas ciudades europeas se encontraron con un problema de espacio en sus cementerios. En algunas, cuando el cementerio ya no podía extenderse más, construían otros nuevos en lugares distintos, en otras, tomando como modelos las criptas de los cementerios españoles y portugueses, decidieron ampliar los cementerios ya existentes hacia abajo, creando criptas gigantescas y laberínticas que en algunos casos llegaban a superar su espacio exterior. El tiempo ha demostrado que éste sistema, que en el sur de Europa ha funcionado bien, en el norte ha sido un completo desastre.
A las familias con más nombre se les reservaba un lugar preferente.
Así fue como en el año 1878, Emile Bockstael, alcalde de la ciudad belga de Laeken, ordena remodelar el cementerio de la ciudad y construir la cripta que, en un principio, cuenta con tres galerías principales y una docena en cruz. Grandes nombres de Bruselas como José Emilio Poelaert Bockstael, Van Volxem o la familia Orban yacen en este lugar. Otras ciudades, viendo lo que se había hecho en Laeken, copiaron el mismo sistema en sus cementerios. En 1885, la ciudad de Namur recrea en su cementerio una copia exacta, aunque de menor tamaño, a la cripta de Laeken. Otras zonas y características de la cripta fueron copiadas también en los cementerios de Molenbeek y Boitsfort.
Entre 1919 y 1928 la red se amplió con cuatro nuevas galerías y en 1933 se construyó el columbario de lo que hoy se conoce como cementerio militar.
Pero con el paso del tiempo algo falló, los técnicos y constructores de las criptas, cuando tomaron como modelo las españolas y portuguesas, no tuvieron en cuenta las diferencias de humedad del subsuelo y las condiciones climatológicas tan dispares entre estos puntos europeos, y pasó lo que tenía que pasar. Las filtraciones de agua constantes han degradado hasta puntos irreparables muchas de estas galerías. Algunas secciones han tenido que ser cerradas e incluso en otras, los techos han colapsado o están en riesgo de hacerlo, condenando también las mismas zonas del cementerio exterior, ya que las claraboyas que recorren todas las galerías inferiores para que tengan luz, lo hacen justo por el centro de los corredores de la zona exterior.
El cementerio de Laeken, dependiente de la ciudad de Bruselas, realizó una inversión en 2008 de 3,7 millones de euros para renovar la cripta, intentando respetar la construcción antigua, impermeabilizando bien todas las galerías y construyendo canales de drenaje.
No ha tenido la misma suerte la cripta de Namur, que permanece en estado de total abandono desde principio de los años ochenta y que presenta un aspecto digno de la mejor película de terror.
La podredumbre convive en perfecta simbiosis con musgos y mohos, que revisten paredes y techos para transformar lo que antaño fueron blancas y relucientes lápidas de mármol en objetos oscuros de texturas imposibles en los que, de no ser porque en ellos se adivinan grabados con cruces, nombres y fechas, uno no sabría muy bien que tras ellos descansan los restos de alguien que fue carne, y que ahora solo es mirada en una vieja foto gastada y carcomida.
Galerías en perpetua penumbra, tiempo detenido tanto para los muertos como para los vivos que allí bajan, que pierden la noción del tiempo entre estalactitas calcáreas y arañas que, a falta de mejor alimento, atrapan entre sus sedas viejas flores de plástico, único recuerdo de los que una vez todavía recordaron.

El parque de los desvelados.

Una vida para honrar a la muerte

“Quiero sembrar esta finca de calaveras. Con mi obra, yo quiero que la gente se conciencie de que la muerte es una cosa natural, que la tenemos encima y que es nuestra compañera de viaje, vayamos por donde vayamos. Quedamos como calaveras. Pero es que, además, por dentro, somos ya calaveras; no hay por qué tener ese terror. Nunca se habla de que vamos a morir y la vida no siempre es todo felicidad. La Muerte, una asignatura pendiente”.


Con estas palabras explicaba el propio Luis García Vidal el motivo y el sentido de la que se podría considerar la gran obra de su vida. El parque o jardín de los Desvelados, un homenaje a la muerte creado en plena naturaleza durante más de tres décadas por este artistas incomprendido e ignorado por muchos y comprendido y respetado por tan solo unos pocos.
Durante más de tres décadas, García Vidal creó su particular campo de de las calaveras sirviéndose tan solo de ramas y troncos, telas metálicas conejeras, yeso y sus manos. En las afueras de Estella, en Navarra (España), en un terreno de su propiedad, con el paso de los años sus gigantescos cráneos fueron emergiendo entre los arbustos y la maleza, imponentes en inquietantes, con sus blancos rostros mirando al cielo.
Sin motivos económicos y sin ayudas de nadie, sino más bien todo lo contrario, pues muchos visitantes irrespetuosos destrozaron una y otra vez sus creaciones convirtiendo su restauración en un trabajo diario. En la última etapa de su vida, Vidal se obsesiona con las muertes por accidente de tráfico, en gran parte por el fallecimiento de su hermano en un accidente automovilístico. Entre sus calaveras comienzan a aparecer viejos vehículos siniestrados dándole un nuevo sentido a todo el conjunto en general.
Desde Enero del 2008, cuando García Vidal falleció, su jardín de los desvelados agoniza lentamente. Nunca ninguna autoridad se preocupó de proteger ni promocionar este peculiar recorrido arquitectónico y así continúa… los arbustos y la maleza van ganando el terreno y en un tiempo, si nadie pone remedio, todo desaparecerá. Aunque quizás el construir sus calaveras con una consistencia tan efímera también estaba en los planes de Vidal ya que, como en la muerte, el paso del tiempo equivale al olvido y a la ausencia casi total de toda huella de aquello que algún día fue y que con el tiempo se transmutó en un vago recuerdo.

¿Quién fue Luis García Vidal?

Nació en Melilla en la Nochebuena de 1927. Su padre, militar pagador en el Ejército republicano, al acabar la guerra se exilió al Brasil, y la familia quedó en Murcia a la espera de poder reunirse con él.
Mal estudiante, buen dibujante, y desde muy niño aficionado a las manualidades, con 12 años abandonó los estudios e ingresó junto con su hermano Alberto en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia.
Trasladada la familia a Madrid, a los 15 años ingresó como aprendiz en el taller de Mariano Benlliure, famoso escultor que en Navarra nos dejó el monumento a Gayarre, en Roncal, y al perrito Merlín en el palacio de la condesa de la Vega del Pozo en Dicastillo.
Con 16 años expuso en una muestra colectiva en el Salón de Otoño de Madrid. Repitió exposición el año siguiente, y en 1950 presentó en Tetuán, donde realizaba su Servicio Militar, su primera exposición individual.
Al terminar la mili se estableció en las Islas Canarias, y en 1953 expuso su obra en una exposición colectiva celebrada en Tenerife.
Al año siguiente fundó junto con otros escultores y pintores la Asociación Fidias, y expuso su obra en Puerto de la Cruz (Tenerife).
Cuando el dictador Francisco Franco abrió la mano a la emigración, su hermano Alberto se trasladó a Brasil, donde pronto encontró trabajo de escultor en la industria cerámica y pudo reunir dinero para llevar a la familia.
Luis se trasladó a Sao Paulo. Durante seis años compartió trabajo con su hermano en la industria cerámica, y, como escultor-decorador, realizando escenografías para la televisión paulista.
Expone en Santos (Brasil). En 1959 obtiene la Medalla de Plata del Salón Paulista de Bellas Artes, y en 1962 le conceden el premio de escultura Ciudad de Sao Paulo.
Pero el magnetismo que París ejercía en aquellas tierras hizo que en 1962 cruzara el “charco” y se estableciera en la capital francesa, siendo uno de los primeros pintores que empezaron a ganarse la vida haciendo retratos para turistas en Montmartre.
Ya en Francia, el año de su llegada participa de una exposición colectiva en el Salón de Otoño de París, y al año siguiente, junto con otros artistas entre los que se encontraba Pablo Picasso, expone en una colectiva patrocinada por la municipalidad de Pierrefitte et Vavín, municipio de la conurbación de París.
En 1964 presenta su obra en la exposición colectiva de la Associatión des Artistes et Intellectuels Espagnols en France, que se celebra en el Palais des Beaux-Arts de la Ville de Paris.
Dos años más tarde expone en el Salon des Independants y en el Salon Internacional de l´Art Libre de París, y participa en una colectiva celebrada en una famosa galería privada de la ciudad del Sena.
En 1968 expone individualmente en la Galerie Jean Camion, de París, en un Homenaje a Luis Buñuel, y participa, en el Musée Galliera, en la Primera Bienal de Arte Contemporáneo Español.
En la capital francesa conoce a Carmen, estellica que perfeccionaba sus conocimientos de lengua francesa, con la que pronto se casaría y lo vincularía Estella, la ciudad del Ega.
Carmen procede de una familia de la burguesía comercial estellesa que, desde 1750, ininterrumpidamente tiene abierto un comercio textil en las rúas de la ciudad. Su padre es un personaje que derrocha cultura y simpatía. Bohemio a su manera, vive ociosamente a costa del negocio familiar, y practica tal elitismo que todos los años va a San Sebastián, se hace la ropa a medida, y acude a las carreras de caballos de Ascot, permaneciendo varios meses en Inglaterra.
Cuando se ve obligado a trabajar, se presenta a oposición de notarías, obteniendo el número uno. Le dan plaza en Villafranca de Navarra, y se traslada allí con la familia
El matrimonio tiene dos hijas, Venus y María. Cuando se dispone a desplazarse a Madrid para enseñar la nieta a su madre, acude al consulado para meterla en su pasaporte, y le cambian el nombre de Venus por Cristina.
Pero los inviernos en París son muy duros. Él, acostumbrado al sol del Mediterráneo y del Brasil, tirita de frío mientras espera la llegada de los escasos turistas que pasean por la Ciudad de la Luz.
Su esposa le habla de su pueblo, le dice que es una ciudad muy culta, y lo convence para que pase lo más crudo del invierno en el piso que ella posee en la ciudad del Ega.
A partir de 1971, invierno tras invierno comienza a levantar en Estella las gigantescas esculturas al aire libre que dan origen al Parque de los Desvelados.
En 1972 acaba su primera escultura, comenzando una segunda, de unos cuatro metros de altura, que concluye en cuatro años (ambas han sido destruidas por la acción de los gamberros y de la naturaleza).
Durante cinco años, a partir de 1973, levanta su tercera escultura, realizando cambios formales que marcan la pauta para las siguientes.
Dentro del mismo Proyecto de Escultura al Aire Libre, que gira en torno a la existencia humana, en 1982 comienza una serie de esculturas de menor tamaño que denomina “espantapájaros”, y de las que sólo quedan recuerdos fotográficos.
En 1993 comienza una escultura con forma humana muy estilizada y de cuerpo entero, en posición decúbito supino, que alcanza los diez metros de largo.
Cuatro años más tarde, terminada la anterior, comienza otra escultura de igual dimensión y estilo.
Termina su última calavera en 1993, y llamado por el ermitaño de Lomos de Orio, en Villoslada de Cameros (La Rioja), participa junto con escultores europeos y latinoamericanos en un proyecto piloto apoyado por las instituciones europeas para la creación de un Museo al Aire Libre.
Allí, aprovechando un cortafuego, en medio de un pinar levanta una gigantesca escultura con forma de calavera.
Le pagan por su trabajo, le ayudan… Todas las instituciones riojanas acuden a saludarlo y a conocer su obra.
En 2002 comienza una nueva fase en la que incorpora vehículos accidentados. Un mal día, sin que medie comunicación alguna, el ayuntamiento presidido por Mª José Fernández Aguerri, hoy parlamentaria en Madrid, retira dos de los coches.
Este hecho tiene gran repercusión mediática, lo que obliga al Ayuntamiento a devolver los vehículos.
Por las mismas fechas envía su currículo a Oviedo para optar a los premios asociados al Príncipe de Asturias, pero la alcaldesa de Estella se niega a avalar la obra con su firma ¿Cómo iba a apoyar a quién había protestado porque le había destrozado su escultura? Algunos políticos no quieren ciudadanos, sino siervos.
Los últimos años continúa con sus trabajos de experimentación y expresión sobre la existencia humana, rehace alguna de las esculturas deterioradas por el tiempo y el hombre, y proyecta una gigantesca escultura con forma de avión estrellado rodeado de víctimas.
Esta escultura no pasa de proyecto, y la muerte sale a su encuentro en enero de este año.
Tampoco puede concluir su deseo de legar su obra al pueblo de Estella para que sea conservada.

“Esa expresión de grito hacia el cielo, como diciendo: ¡Basta de violaciones y muertes! Porque solamente se vive una vez. Miran hacia arriba como haciendo ver que el mal vendrá de arriba. Quiero expresar unas calaveras que gritan y advierten a los vivos como diciéndoles: “Portaos bien, que sólo se vive una vez” ¡Hay que aprovechar la vida!”





Parque de los desvelados.
 
 
 
Poveglia,la isla de los muertos veneciana






La isla del no retorno

Poveglia es una pequeña isla situada entre Venecia y el Lido en la Laguna de Venecia, al norte de Italia. Un pequeño canal divide la isla en dos partes y a día de hoy su visita sigue estando prohibida. De hecho los venecianos la llaman “la isla del no retorno”. No es un lugar especialmente violento en el oleaje pero algunas veces, este es capaz de arrastrar restos humanos carbonizados procedentes de la historia más terrorífica que podamos imaginar.
 

 
 
 
 
La oscura historia de la Isla de Poveglia comenzó durante la época romana cuando se usó para aislar víctimas de la peste de la población general. Siglos más tarde serviría para el mismo menester. 
A comienzos del Renacimiento (XIV ),Europa sufrió una tremenda plaga de peste bubónica. En Venecia se cebó especialmente, un lugar del que era imposible escapar, sus ya sucias aguas, la humedad y el trasiego de mercaderes hicieron el resto. Se llegó a tal extremo que no había sitio dónde dejar los cadáveres, se apilaban como montañas de naipes, pero no era suficiente y había que buscar una salida a la situación desesperada. Ante tal desastre humano las autoridades de la ciudad deciden en consenso con el clero que los cuerpos sean trasladados a la isla de Poveglia.
Los cadáveres eran trasladados a la isla y en enormes fosas eran incinerados. Mientras Venecia y media Europa era devastada por la peste negra, según un censo de la época fue aniquilada más de un tercio de la población europea. Las autoridades médicas y civiles decidieron que no sólo había que llevar a los muertos, sino también a los que padeciesen los síntomas. Hasta allí eran arrastrados hombres, mujeres y niños todavía vivos y lanzados a las piras crematorias. En pocos años más de 160.000 personas acabaron sus días en aquella isla.

Tal fue el enorme crematorio que se originó y tal fue la cantidad de restos humanos calcinados que a día de hoy el oleaje aún arrastra despojos humanos a las costas más cercanas a la isla. Nadie puede visitar la isla salvo los dueños de los viñedos que allí existen, incluso los pescadores temen acercarse al lugar por si acaso sus redes capturan huesos humanos.
La isla se ha convertido en una zona podrida de hecho. El suelo de la isla junto con los restos carbonizados de los cuerpos arrojados allí, ha desembocado en la creación de una gruesa capa de ceniza pegajosa. El núcleo de la isla es, literalmente, los restos humanos que ha dado a la isla una reputación detestable, aunque parece ser muy bueno para las vides que se plantan allí.

Tuvieron que pasar muchos años hasta que la isla quedó totalmente abandonada, pero en el año 1922 construyeron allí un psiquiátrico completo con un impresionante campanario que puede verse en toda la isla. Los recluidos allí (enfermos mentales, psicópatas) fueron los primeros en informar de que veían a los fantasmas de las víctimas de la peste y escuchaban los lamentos de sus espíritus atormentados por el sufrimiento, pero nadie, por el estado mental de los testigos, quiso creerlos.
El Director del psiquiátrico comenzó a experimentar con los pacientes nuevos métodos de curación, lobotomías y trepanaciones eran prácticas habituales en los pacientes con herramientas rudimentarias como taladros de mano, cinceles y martillos. Muchos de ellos fueron llevados a la torre del campanario, donde fueron torturados y sometidos a una serie de inhumanos horrores.
Según la tradición, después de muchos años de realizar estos actos inmorales, el malvado doctor empezó a ver los torturados espíritus de los muertos por la peste. Esto le llevó a subir a la torre del campanario desde donde saltó y según una enfermera que fue testigo de la caída, ésta no le mató en el acto, sino que mientras el médico se retorcía de dolor en el suelo, una especie de niebla salió del suelo y lo estranguló hasta la muerte. Se rumorea que el espíritu del médico sigue entre los ladrillos del campanario y alguna que otra noche, se puede escuchar el repicar de la campana en toda la bahía. Aquel acontecimiento fue el final del psiquiátrico que hoy día aún permanece cerrado en Poveglia.

Durante un tiempo, el gobierno italiano fue el propietario de la isla, pero fue vendida más tarde. El dueño la abandonó en la década de 1960 y fue la última persona en tratar de vivir allí. Una familia recientemente trató de comprar la isla y construir una casa de vacaciones en ella, pero después de pasar la primera noche allí, se marcharon al día siguiente corriendo muy asustados y se negaron a comentar nada sobre lo sucedido. El único hecho que sí sabemos es que una de sus hijas sufrió un desgarro en la cara y requirió catorce puntos de sutura.
Varios psíquicos han visitado la isla y el hospital abandonado, pero todos ellos han sentido allí un miedo a la muerte atroz. De vez en cuando algunos temerarios han esquivado las patrullas de la policía para explorar la isla, pero todo el mundo que lo ha hecho se ha negado a regresar diciendo que hay una atmósfera pesada maligna, que sientes como si alguien respirara sobre tu cuello, ves sombras en movimiento y que los gritos y gemidos de los torturados que atraviesan la isla hace insoportable permanecer allí.
Un informe de unos buscadores de emociones equivocadas que huyeron de la isla, dice que después de entrar en el hospital abandonado, una voz sin cuerpo les ordenó, “Salgan inmediatamente y no vuelvan”.Ellos nunca pudieron hacerlo.
Actualmente (si bien solo durante los días ya que a la noche no queda nadie ahí, seguramente por ser de la zona y conocer las leyenda sobre ese lugar), se dice que la están refaccionando…
 
Isla de Poveglia.
 
 
 

 El kilómetro 239 de la carretera maldita.


Muchas carreteras del mundo son tristemente conocidas por la cantidad de accidentes que en ellas ocurren, pero hay una en Alemania que va más allá, no solo por la cantidad de accidentes extraños e inexplicables que en ella ocurren , sino porque todos se producen en un mismo punto que para la gente del lugar esta maldito. El kilómetro 239.
Durante muchos años, los lugareños de las localidades alemanas de Bremen y Bremenrhaven, reclamaron a las autoridades una carretera decente que uniera las dos comarcas sustituyendo al antiguo y más que transitado camino existente.
En 1929, ese deseo se hizo realidad y se inauguró por fin la carretera, ahorrando mucho tiempo en desplazamientos de los vecinos de ambas localidades. La carretera más que moderna para la época y muy bien señalizada, rápidamente tuvo gran aceptación y mucho transito. 
Pero algo pasaba. Los accidentes de tráfico comenzaron a sucederse de manera alarmante. Al principio se pensó que era por fallo humano, pero las buenas condiciones de la vía, y que en unos pocos meses la cifra de accidentes llegara a cien comenzó a desatar la alarma y se la empezó a llamar “carretera de la muerte”.
Pero el pánico llegaría después, cuando al seguir creciendo los accidentes, se comprobó que todos ocurrían en el mismo punto kilométrico, el kilómetro 239, lo que le valió el nombre de “carretera maldita”. Ese punto era un tramo de carretera recta perfectamente asfaltado y con gran visibilidad.
Las leyendas comenzaron a dispararse y mucha gente evitaba pasar por la carretera y daba largos rodeos, aun así, los accidentes seguían, y muchos testigos relataban a la policía que iban conduciendo con normalidad y al acercarse al kilómetro en cuestión, “una extraña sensación comenzaba a invadirlos, como si una fuerza misteriosa poseyera el coche sacándolo fuera de la carretera a pesar de agarrar el volante con fuerza”
Los campesinos del lugar comenzaron a creer con determinación que la carretera en ese punto estaba poseída e hicieron un exorcismo para alejar al supuesto demonio. Una de las historias locales es que desde ese día todos los aparatos de radio de la zona comenzaron a emitir extrañas interferencias.
La policía comenzó a investigar la zona, y al no encontrar nada anormal, presionados por la gente del lugar contrataron a un experto en sucesos paranormales llamado Carl Wehrs. Carl visitó la zona en busca de actividad magnética con una vara de acero en las manos, pues por la zona pasaba un río subterráneo y Carl achacaba este fenómeno a la fuerza magnética que el rió subterráneo despedía. Pero al llegar al km 239, la vara saltó de manera violenta de sus manos como si alguien la arrojara.
Carl buscó una solución. Enterró una caja de cobre junto a la carretera, con trozo de cobre en forma de estrella. La gente estaba segura que esa estrella era parte de algún conjuro para alejar el demonio que la carretera tenía, y lo cierto es que los accidentes cesaron de inmediato avivando aún más la leyenda del lugar.
Unos días después la caja fue desenterrada y los accidentes comenzaron de nuevo, por lo que las autoridades locales repitieron el proceso de enterrar la caja donde se cree que sigue aún, y desde entonces ningún extraño accidente se ha vuelto a producir en ese punto.
¿Esa caja contiene un conjuro como creen los habitantes de la zona que mantiene calmado al demonio que creen habita en ese punto o es un simple trozo de metal que mantiene el magnetismo de la zona a raya?. Un misterio que quizás nunca se desvele.
Km.239
 
 
Vysehrad,la colina embrujada de Praga.




Si Praga es un baúl de arte e historia, la colina de Vysehrad es la llave de todos sus secretos. El diablo, san Lucas, san Longino, un cementerio vivo, treinta y cuatro fantasmas, y mil leyendas más que forman parte de la más enraizada tradición del país… La mítica princesa pagana, Libuse, hija del padre de la patria checa, Cech, eligió una colina sobre la que se divisa el río Moldava y lanzó una profecía que perdura aún entre la tierra y el cielo de la eterna Praga: “Aquí nacerá una ciudad cuya fama y gloria llegará hasta las estrellas”. Así fue y así lo cuentan las leyendas checas. Pero en realidad, entre aquellas rocas, nació también uno de los lugares más enigmáticos y simbólicos que hay en toda Europa: Vysehrad. Quizá sea difícil entender la historia de este lugar sin pasear entre sus calles y árboles, sin divisar su iglesia negra y su “jardín” de tumbas, pero se trata del decorado adecuado para divagar entre los dos mundos. Libuse, el inicio de esta historia, marcó el enclave de una fortaleza que ha sido testigo de luchas de poder, morada de monarcas y escenario de cruentas batallas en las que el objetivo era asegurar el control de un bastión estratégico en las guerras checas.
La muerte se ha abierto paso entre sus murallas y ha dado lugar a diferentes leyendas. Cuentan que en lo que parecen ser los restos de una atalaya medieval, conocida como el Baño de Libuse, era donde la princesa alternaba con sus amantes, que una vez usados eran arrojados al río. Dicen también que entre sus rocas duerme un ejército de hidalgos que volverá de nuevo a la vida portando sus armas cuando la nación checa esté en peligro. Una vez al año, un león sale de la roca y lanza un fuerte rugido a modo de advertencia sobre la necesidad de auxilio. Al no recibir respuesta, el animal vuelve a su sueño eterno y con él, el ejército de hidalgos que, entre otros, está integrado por todos aquellos que perecieron debajo de la enigmática roca, ahogados en el Moldava.
No es la única leyenda que habla de espectros en este lugar. Exactamente son treinta y cuatro los fantasmas que dicen que moran en la fortaleza. Muchos escritores checos han escrito sobre estos relatos que forman parte de la cultura de la ciudad. Popelka Biliánova, editó un libro que se titula Los cuentos de Vysehrad. Nadie conoce como ella los secretos de la colina, ya que en su tiempo libre subía a su cementerio a cuidar y deambular entre sus tumbas. Su extraño carácter, dicen, quedó plasmado en sus relatos. De entre los treinta y cuatro espectros de la colina, los checos hablan de veinte damas blancas, entre ellas la princesa Libuse.Se aparecen en lo que era el palacio de los reyes. Un horticultor fue el primero en verlas, junto a sus hortalizas, andando sobre ellas. A la mañana siguiente, todas las plantas estaban con los tallos aplastados sin que nunca más volvieran a erguirse.

La Doncella Negra es otro de los fantasmas que se dice que habita Vysehrad. Junto a los restos de la muralla de Spicka, la figura es vista y escuchada. Se dice que gime y solloza, pero además, exhala un aliento helador que hace que a su lado tampoco crezcan las plantas. La imagen más terrorífica de los fantasmas de la fortaleza es la de perros negros e ígneos. Nueve dicen que se aparecen entre sus calles. El más conocido es un can negro con una cadena de fuego que se desboca cuando la noche cae sobre Vysehrad y corre desde la rotonda de san Martín –antigua ermita– a la Puerta de Ladrillos. Su última visión, cuando desaparece, es ya convertido en una gran bola de fuego. Otra leyenda nos habla de un perro negro y de enormes ojos de fuego como guardián de un desconocido tesoro. Pero la más inverosímil de las imágenes es la de un can sin cabeza que acompaña a una carroza tirada por caballos sin cabeza y que dirige un cochero también sin cabeza. La narración asegura que a esta carroza infernal se la ve rodando sobre las murallas de la fortaleza. No acaba aquí la increíble historia espectral de la colina: dos arquitectos que fueron allí ahorcados intentan estrangular a los transeúntes que divisan; una rosa blanca, plantada entre sus jardines, es una sentencia de muerte: quien la encuentre y la toque, fallecerá; un baile de esqueletos se produce algunas noches junto a la rotonda de san Martín; un mayor francés merodea el castillo desde los tiempos de la ocupación gala en 1742. Todos estos espectros forman parte del universo del más allá que es Vysehrad.La columna del diablo Frente a la iglesia de san Pedro y san Pablo, en el jardín de Karlach, se halla partida en tres trozos la conocida como columna del diablo antes estuvo colocada en el propio templo y después en el cementerio que lo orilla.

Es un símbolo en el que se escenifica la guerra entre lo cristiano y lo pagano. Su origen, que no está definido, habla de que pudo ser soporte de la antigua iglesia citada siglos XI y XII, hasta que en 1503 se derrumbó dentro del edificio y quedó como reliquia. Otras teorías creen que la columna era un antiguo medidor de tiempo o pudo ser una picota medieval. Esta explicación entronca con lo que algunos historiadores opinan que es el inicio de Vysehrad: al llegar los eslavos a la colina encontraron restos de un poblado celta en el que se había construido un medidor de tiempo a través de grandes columnas. Sin embargo, la columna del diablo es otro episodio de misterio. Dicen que un poseso al que hubo que hacer un exorcismo sacó de su cuerpo un demonio, llamado Zardan, que reconoció que él había traído la columna desde Roma. Y es que el maligno apostó con un sacerdote de Vysehrad que era capaz de traer una columna de la basílica de san Pedro antes de que éste concluyera una misa. El cura, que contó con la ayuda del citado apóstol, consiguió que el diablo perdiera la apuesta, por lo que la arrojó con fuerza y la partió en tres. Dentro del templo hay un cuadro de origen gótico que escenifica la leyenda.Y si de cuadros hablamos, en san Pedro y san Pablo hubo una pintura de mayor relevancia aún: Nuestra Señora de las Lluvias, que es una obra del siglo XV.

El cuadro original, que se expone en la Galeria Nacional y que anteriormente estuvo colgado de las paredes de una iglesia que está debajo de Vysehrad, El Acatamiento de Nuestra Señora, representa a la Virgen amamantando al Niño Jesús. Su padre, su pintor, dicen que es el apóstol san Lucas. Otros le dan un origen menos relevante y apuntan a un cuadro pintado en Italia en el siglo XIV y traído después a Bohemia. Sea o no verdad la historia de san Lucas, la pintura fue venerada por miles de checos. Después de la Guerra de los Treinta Años (1648) y en pleno periodo de recatolización, el pueblo consideró que la pintura era milagrosa. Peregrinos de toda Chequia acudían hasta la iglesia a pedir protección a la Virgen. Especialmente, el pueblo suplicaba para que cayera lluvia y hubiera buenas cosechas, de ahí su nombre. El emperador José II acabó con esta tradición después de más de un siglo de culto y prohibió que se continuara la milagrosa procesión. El sarcófago y el cementerio Un sarcófago que se conserva bajo un altar de la imponente iglesia de Vysehrad es otro enigma más de este lugar. El sarcófago de san Longino fue traído a Praga por el emperador Carlos IV. Otros dicen que proviene de la bóveda romana no conservada de la última etapa de los premislitas. El hecho es que en 1420 los husitas saquearon el castillo y sacaron el sarcófago del templo para arrojarlo al río Moldava. Dicen que el cuerpo del santo se hundió en las profundidades, mientras que el ataúd quedó flotando sobre las aguas.Desdicha e infortunio fue el destino de los que cometieron tal barbaridad. No pararon de ocurrir graves desgracias a todos los que intervinieron en el ultraje hasta que el sarcófago volvió a su enclave. Pero, aunque el ataúd de san Longino ocupa un lugar preferente en la historia de Vysehrad, nada en este lugar sería igual sin su cementerio. Allí están enterrados importantes artistas y científicos de la historia de la República Checa, como el arqueólogo Václav Krolmus, la escritora Bozena Nemcová, y los poetas Vitezslav Halek y Jan Neruda, entre otros.
Allí murieron, por ejemplo, muchos jesuitas que trataban a leprosos. Allí, la muerte se convierte en prosa negra. Lo hace a través de un jardín de mármol, en el que cada tumba o nicho es un trozo de tiempo detenido, una imagen, un pensamiento. Pasear por Vysehrad es distinto. Una iglesia alta y negra al fondo; decenas de bellas y extrañas esculturas que simbolizan la muerte a sus pies. Dos manos gigantes y retorcidas, una especie de duende sin sujeción o una alegórica muerte con capucha y sin rostro, son algunas de las tumbas del cementerio. Increíble lugar en el que toda la magia de la colina que se convirtió en fortaleza adquiere sentido.
Vysehrad
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mary King´s Close, los laberintos de la muerte.

Edimburgo es una metrópoli anclada en épocas pretéritas. Pasear por sus calles es evocar los pensamientos oscuros que hubieron de tomar la mente de Robert-Louis Stevenson para crear el infierno antagónico de Jeckyll y Hyde. Al pisar la Royal mile, la milla real que vertebra la ciudad vieja desde el castillo hasta el palacio de Hollyrood, pocos son conscientes de que bajo este empedrado hubo otra ciudad, callejones de contraluces donde habitan las almas perdidas…
El año, 1347. La peste negra avanza por Europa Central dejando un reguero de padecimientos y muerte sin parangón hasta la fecha. Siguiendo la ruta de Crimea se ha extendido como la pólvora, una vez los mongoles han arrojado con las catapultas los cadáveres de los apestados contra las murallas de Teodosia, allí donde la última colonia de genoveses veían aterrados los efectos de la terrible enfermedad sobre los cuerpos de los afectados. Y de ahí a Italia, Francia, España, Inglaterra… La mitad de la población del viejo continente sucumbe bajo la afilada guadaña de la “muerte negra”, el castigo que en su infinita misericordia los dioses han dejado caer sobre el hombre, frágil vástago de sus propias debilidades… A tal punto llegó la situación, que en el año 1561, el monje carmelita y profesor de teología en la Universidad de París Jean de Venette, aseguró que “tan grande era la mortalidad, que durante largo tiempo, 500 difuntos eran llevados en carretas, con gran devoción, al cementerio de los Santos Inocentes para ser enterrados. Un gran número de santas hermanas, sin temor atendieron con dulzura y humildad a los enfermos y sin pensar en el horror, hoy descansan en paz con Cristo, como nosotros piadosamente lo creemos”. La falta de salubridad en las grandes urbes, las ratas y pulgas –auténticas transmisoras de las imparable pandemia–, el hacinamiento de una población que acudía a las ciudades para otear un futuro más venturoso, los callejones que pasaban por ser enormes estercoleros dada la carencia de un sistema de saneamiento que eliminase tanta basura, convertía a éstas en auténticas incubadoras de virus que campaban a sus anchas, y contra los que el ser humano únicamente podía combatir con un sistema inmunológico deficiente, dada la carencia de medicamentos. Y es que cuando la muerte negra se manifestaba el horror se apoderaba de los entornos, y los apestados se convertían en parias a los que aislar.

El siniestro nombre derivaba de las enormes manchas de tonos pardo-negruzcos que afloraban en la dermis del “condenado”, a lo que posteriormente seguía, durante aproximadamente tres días de insufrible agonía, la esputación de sangre, tumores de gran tamaño por toda la anatomía –especialmente bajo las axilas y alrededor del pecho–, delirios… marcando el final de una vida, en la mayoría de las ocasiones, castigada por la pobreza. El horror se apoderó de media Europa y parte de la restante, siendo representado de manera grotesca en el arte de tan oscuros tiempos. Así nació el Ars Moriendi –“arte de morir”–, un gusto por lo macabro que llenó de esqueletos, de danzas mortuorias y de tenebrismo, pinturas, esculturas y obras literarias. Trescientos años en los que muchos creyeron ver la siniestra figura de Satanás gobernando aquel infierno…1665, Edimburgo La gran ciudad del norte del Reino Unido se debate entre las contiendas, más o menos bélicas, que mantienen desde siglos atrás con su vecina Inglaterra, y una epidemia que merma la población por decenas cada jornada. La madera para hacer ataúdes se ha acabado hace días, y se ven obligados a enterrar a los muertos cubiertos por mantas en grandes fosas comunes, y a veces a escasa profundidad. Los cuerpos, en su proceso natural de putrefacción, permiten la aparición de esporas y microorganismos que contaminan las aguas subterráneas de las que se nutre la capital de Escocia, dando pie a nuevas enfermedades. La situación bordea el caos. El callejón de Mary King, en las entrañas de la ciudad antigua, no permanecía ajeno a la feroz epidemia; más aún, sus habitantes, gente humilde cuando no paupérrima, habían empezado a sufrir las consecuencias de la peste bubónica, llamada así porque su síntoma más visible era la inflamación de los ganglios –o bubones–, dejando los cuerpos de los desgraciados llenos de estremecedoras llagas. Tiempo después, cuando todo pasó, pocos pudieron olvidar los estragos causados por la terrible dolencia, y muchos menos la silueta del doctor George Rae, que de manera altruista, enfrentándose a la muerte con una máscara de larga nariz curvada, en cuyo interior había colocado múltiples hierbas aromáticas para evitar el contagio, provocaba espanto en el corazón de niños y adultos, acercándose entre la penumbra, únicamente iluminado por un candil de aceite, para cauterizar las enormes heridas que destrozaban la anatomía de los pacientes. La población del callejón, al igual que en todo el país –y en todo el mundo conocido– se vio mermada en exceso, más aún después de la drástica medida del Consistorio de levantar un muro en éste y otros aledaños para evitar que los enfermos escaparan y extendieran aún más la epidemia. Al derribarlos los cadáveres se amontonaban en casas y empedrados, y la leyenda de que el lugar había quedado maldito empezó a circular de boca en boca… Y así, años, décadas… Los siglos pasaron, y la nueva y floreciente Edimburgo fue ocultando los callejones de los apestados, fortaleciendo sus cimientos sobre tanta muerte y desolación, ocultando de los rayos del astro rey un mundo que en tiempos estuvo sumido en las sombras. Hoy, en pleno siglo XXI, este reino de contraluces permanece intacto bajo las calles principales de la maravillosa capital escocesa.


Un lugar encantado Accedemos al lugar por un callejón que se sitúa junto al City Chambers. Éste fue levantado una vez demolieron, a mediados del siglo XIX, los delicados edificios que desde tiempos remotos se alzaban a los cielos, construcciones preparadas para soportar dos alturas, e incluso hasta diez, dada la excesiva densidad de población. Sin embargo, esta ciudad subterránea permaneció en pie, si no completamente, sí de segunda planta hacia abajo, que es el punto desde donde se inició el derrumbe. Hoy se rompe el silencio de este mundo de sombras a través de una escalera que parte de una tienda bien surtida de souvenir, en la que se pueden encontrar –algo habitual, pues estamos en Escocia– libros de casas, castillos y cementerios con fantasmas, guías oficiales que nos narran la historia del singular enclave que estamos a punto de visitar, baratijas con diseños varios…; en suma, la parafernalia propia de lugares como éste, el lago Ness, Roma o Jerusalén, cada uno en su propio ámbito… El guía, un simpático hombretón que ha sustituido el kilt –la típica falda escocesa– por un pantalón negro, camisa blanca, capa y sombrero, al más puro estilo de la España del lazarillo, esboza una sonrisa luciendo unas sonrosadas y voluminosas mejillas, pues ya se sabe que el güisqui por estas tierras es manjar de dioses. Con voz profunda nos invita a penetrar en un mundo anclado en ese tiempo de dolor y sufrimiento. Sin embargo, poco importa lo que diga, porque lo que se percibe al iniciar el descenso de los centenarios escalones es más importante. La atmósfera se condensa; la humedad se apropia del ambiente y hay que estar atento a las irregularidades del terreno ya que la iluminación es deficiente; más bien justa.
El intento de recrear aquellos días está muy logrado. Las casas se reparten a derecha e izquierda, vacías del bullicio de otras épocas pero, según dicen, repletas de los espíritus de aquellos que entre las paredes de este universo subterráneo sufrieron lo indecible. No es lugar apto para claustrofóbicos. Nuestros pasos retumban en un laberinto de corredores, haciendo que inconscientemente miremos adelante y atrás, allí donde, al menos en apariencia, únicamente queda la oscuridad. Después de los siglos transcurridos, las leyendas se han adherido al enclave, casi tanto como la gruesa capa de polvo que lo cubre todo. Los silencios retumban entre las bóvedas; aquí hubo una cuadra, y hay que tener cuidado para no tropezar con los abrevaderos que se sitúan a ras del suelo. Cuentan las crónicas que a la estancia continua, otra casa independiente, allá por el año 1685 se mudó el anciano procurador Thomas Coltheart. Si bien es cierto que no demasiado tiempo después abandonaría este mundo, hasta que la parca se lo llevó sufrió una consecución de fenómenos anómalos que minaron aún más si cabe su salud. La llegada de la madrugada se convirtió así en sinónimo de desvelo. No en vano, la primera de las apariciones que se produjeron fue la cabeza de un anciano barbado, de mirada lasciva, que parecía desplazarse sin atender a la horrorizada expresión de los espectadores involuntarios. Al cabo de los días fueron numerosos los supuestos espectros que vinieron a romper la tranquilidad de las noches, ya no sólo en la casa de los Coltheart, si no de los inquilinos del callejón, que a estas alturas sabían de las correrías de los misteriosos visitantes. Un fantasmal perro persiguiendo a un gato no menos etéreo, espeluznantes lamentos capaces de encoger el alma del más valiente… Sea como fuere el viejo procurador se fue de este mundo asustado, convencido de la autenticidad de los sucesos que le tocó vivir. Y para dar fe de ello, de la realidad de éstos, no tuvo idea mejor que comentarlo con un amigo. Lo extraño es que cuando lo hizo, llevaba varias jornadas muerto…
El fantasma de Annie Es probable que a la mayoría de ustedes el nombre de Aiko Gibo les haga pensar en alguno de los protagonistas de la magistral serie Mazinger Z. Podría ser… pero lo cierto es que se trata de una de las médiums más destacadas de Japón. Parapsicóloga, experta en asuntos varios, se encontraba realizando una serie para la televisión nipona, ubicando los lugares del Reino Unido en los que se producían fenómenos paranormales. Escocia y sus castillos, como es lógico, no podían faltar. Sin embargo, cuando el rodaje estaba a punto de finalizar, llegó a oídos de los productores que en el corazón del viejo Edimburgo, más debajo de lo que se veía sobre la gris superficie, había un sitio que merecía la pena visitar… Y allí se fueron, y hubo de ser en la pequeña casa –algo más de 20 m2 para una familia numerosa–, concretamente en la única habitación separada del resto del hogar por una minúscula puerta, donde la dotada –entiéndase la cuestión del concepto– se percató de que en aquel lugar se percibía algo especial; que ciertas energías en las que a veces cuesta creer estaban apretando con ganas su corazón. Intentó salir pero una fuerza irrefrenable la llevó nuevamente al interior.
Quedó muda. En el rincón, apenas iluminada por los farolillos que colgaban de las desconchadas paredes había una niña, en silencio, sin mover un músculo.Tras los primeros instantes de tensión, finalmente la pequeña aseguró que había sido abandonada en aquel lugar cuando la peste de 1644 comenzó a causar estragos, cebándose con especial intensidad en los habitantes del callejón, dadas las condiciones precarias en las que éstos vivían. Víctima de la plaga, falleció en esta habitación, y únicamente pedía que la llevaran nuevamente con sus padres. Aiko hubo de quedar tan conmocionada como para salir a la calle, y regresar al cabo de los minutos con un muñeco, asegurando a los asistentes de tan peculiar escena que mientras en el vacío arcón ubicado junto a la pared hubiese un juguete, la muchachita descansaría en paz. Annie se ha convertido por méritos propios en el fantasma más célebre de Edimburgo, más incluso que su homónimo animal, el perro Bobbie –ver cuadro–, y son miles, decenas de miles las personas que al cabo del año visitan el hogar de la aparecida, dejando sus juguetes en el polvoriento arcón. Un letrero advierte que una vez repleto se envía su contenido a ONGs que velan por los derechos de los más desprotegidos: los niños. Empero hay algunos que llevan aquí casi el mismo tiempo que el viejo barrio, aportando su particular granito de dramatismo y de oscuridad al entorno… Seguimos ruta. Pasamos por una estancia sobrecogedora: dos camastros infames contienen los cuerpos de Janet Graig y de sus tres hijos. Uno de ellos yace muerto a sus pies, cubierto por la áspera tela de un saco.
 
El otro, primogénito, es atendido por el buen doctor Rae, parapetado tras su horrible máscara de nariz puntiaguda, antepasado directo de las actuales antigás, sombrero en ristre y mirada perdida, mientras el enfermo manifiesta una horrenda mueca de dolor. La mujer, con la mano cubriendo su rostro, asiste al final del más pequeño de sus vástagos, el bebé que se retuerce entre sus brazos. La muerte negra está haciendo bien su trabajo… Una escena igual o parecida se hubo de desarrollar entre estos sombríos paredones. Constancia hay de ello, como de que después, los siglos y los millones de personas que han pasado por el callejón, aseguran observar las presencias de dos pequeños que se desvanecen en la oscuridad. Sean reales o no estas historias, lo cierto es que cuesta imaginar, asomándonos a la pequeña ventana que da al callejón, la tragedia que en pocos años se hubo de vivir en este siniestro enclave; las condiciones en las que se desarrollaron tan terribles acontecimientos; la rutina de un lugar pobre, inhumano…
De las ventanas que hay a ambos lados del empedrado, a algo más de dos metros del suelo, surgen gruesas cuerdas que sostienen ropajes que se zarandean a causa de un viento que aquí no procede de ningún lugar. Dicen los que de esto saben que son las almas de de los condenados, abanderados por Alexander Cant, asesinado en 1535 a escasos metros por una mujer que le malquería y una suegra que, ahora sí y dando por cierto el tópico, le odiaba sin esfuerzo. Fue muerto por demandar a la vieja ya que ésta no se había hecho cargo, como mandaba la ley, de cubrir con sus dineros la dote de su hija. La mala mujer fue condenada a morir bajo las frías aguas del cercano lago Nor, dando paso a un contencioso entre Corona y Consistorio de Edimburgo, ya que el rapaz Jaime V quería hacerse con los bienes de la ajusticiada, y el edil de la ciudad se empeñaba en repetir una y otra vez que ella era de allí, y que había sido muerta en la amurallada urbe. La justicia fue más benigna con la esposa, ya que al estar embarazada se conmutó la pena hasta que diera a luz, tiempo que aprovechó para huir a la vecina Inglaterra, donde casó tiempo después con un rico comerciante. Sea como fuere son dos de los espíritus más célebres que los viajeros se pueden encontrar aquí. Al menos eso asegura con criterio el lustroso guía…
Nuestro recorrido culmina en la casa de Andrew Chesney, el fabricante de sierras, el último hombre que habitó este rincón del subsuelo de la old town. Es interesante ponerse en la piel de aquel hombrecillo, yermo de cabello y encorvado, que como un alma en pena vagó libre por los hogares, ya abandonados, de los que aquí dejaron tristezas y pocas alegrías. Fue, en contra de su voluntad, obligado a trasladarse a otro lugar ya que toda esta parte del inframundo que ocupaba iba a quedar sepultada bajo los escombros. Finalmente no fue así, por lo que la tradición manda que si uno desea acceder al hogar de Chesney, primero ha de golpear la puerta varias veces y pedir permiso a su dueño, pues según relatan los testigos, éste es gruñón y así lo demuestra cuando uno menos lo espera. Atrás queda el callejón de los secretos, no sin antes dejar que el grupo se adelante, para disfrutar unos instantes de su soledad; de su silencio. Y es que si el pasado permanece retenido en un fragmento del espacio-tiempo, ahora, mientras observo las centenarias casas abandonadas, hay un instante de esa época en el que los apestados se zarandean buscando apoyo en las paredes del empinado callejón; un momento en el que Chesney, malhumorado como casi siempre, cierra de un fuerte tirón la puerta de su casa; una secuencia en la que Annie llora desesperada pidiendo a los cielos que sus padres, muertos por la peste, regresen junto a ella… Sensaciones que únicamente se pueden experimentar en lugares como éste, el más célebre de los muchos, muchísimos que permanecen ocultos bajo la ciudad que se abre a los cielos, sitios en los que un don atrofiado años atrás, la imaginación, se manifiesta con intensidad. Imaginación, o realidad; quién sabe…
Mary King`s Close
 
 
 
 
El Triangulo de BrightWater
 
 Es un área de cerca de 200 millas cuadradas (520 km2) en el sureste de Massachusetts en los Estados Unidos. Desde la época colonial la zona ha sido un sitio de presuntos fenómenos paranormales, que van desde ovnis y extraños helicopteros negros (muchos de ellos con múltiples puntos de corroboración, incluida la policía y un equipo de noticias local), a duendes y orbes, bolas de fuego y otros fenómenos espectrales,"aves de trueno", varios avistamientos de "Piegrande", serpientes gigantes y, así como la mutilación de ganado y otros animales. Central a la zona es el misterioso y en gran parte sin tocar pantano Hockomock, que significa "el lugar donde moran los espíritus", y que se llamaba "El Pantano del Diablo" por los primeros colonos. El triángulo también se ha conocido como el centro de varios cementerios indígenas.
Uno de los fenómenos más comunes observados en los informes en el área es de luces espectrales, o lo que coincide con la descripción de "will-o'-the-wisp", conocido a veces como luces fantasma que se ven típicamente en las zonas pantanosas. El comportamiento de este fenómeno es coherente con las luces misteriosas supuestamente observadas en el Triángulo de Bridgewater, incluidos los que se dice que aparece a lo largo de las vías del tren cada mes de enero.
  
BrightWater


Oradour-sur-Glane, el pueblo de los martires.




 
Justos por pecadores
En 1944, Oradour-sur-Glane era un pueblo idílico que se había mantenido prácticamente inalterado por la guerra; sus habitantes no eran colaboradores con el enemigo, ni tenían relaciones con el movimiento de Resistencia. Oradour-sur-Glane era un pueblo en la región de Limousin, bajo control directo alemán desde 1942, después de la ocupación de la Francia de Vichy por la Wehrmacht. Su nombre se convirtió en sinónimo de barbarie, debido a su destrucción, en 1944, cuando 642 de sus habitantes (hombres, mujeres y niños) fueron asesinados por miembros de las Waffen SS.
Cuando se lanzó el ataque aliado a Europa, la Resistencia francesa incrementó sus actividades, para mantener a las fuerzas alemanas ocupadas y dificultar sus comunicaciones.
La 2ª División Panzer de las SS “Das Reich” tenía órdenes de atravesar el país para llegar a los combates que tenían lugar en Normandía. Durante el camino, la unidad se vio constantemente hostigada por miembros de la Resistencia. En la mañana del 10 de junio, dos civiles franceses denunciaron a oficiales de esa unidad que los habitantes de Oradour-sur-Glane estaban celebrando la victoria aliada y que colaboraban con el maquis de la zona; al mismo tiempo, el SD de Limoges informaba de que había un cuartel general en ese pueblo. Además, un alto oficial de las SS había desaparecido y se suponía que estaba preso del maquis de la zona.
Ese mismo 10 de junio, el 1r batallón del Regimiento de las SS “Der Führer”, comandado por el SS-Sturmbannführer Otto Dickmann, rodeó la ciudad de Oradour-sur-Glane y ordenó que todos sus habitantes se congregasen en una plaza pública, cerca del centro del pueblo. Todas las mujeres y los niños fueron encerrados en la iglesia, mientras los hombres eran ametrallados y los heridos fueron quemados; sólo cinco hombres escaparon, y 197 murieron.

Posteriormente, los SS entraron en la iglesia y la incendiaron; las mujeres y niños que intentaban huir eran ametrallados; sólo una mujer sobrevivió, 240 mujeres y 205 niños murieron. Un pequeño grupo que había escapado del pueblo ante la llegada de los SS, fue cazado aquella noche.
Oradour-sur-Glane no fue el único castigo colectivo de este tipo cometido por las tropas alemanas. Otros ejemplos bien documentados incluyen la villa soviética de Kortelisy (actualmente en Ucrania), Lídice en
Checoslovaquia (actualmente República Checa), el pueblo holandés de Putten y los pueblos italianos de Sant’Anna di Stazzema y Marzabotto. Además, las tropas alemanas ejecutaron rehenes (individualmente y en grupos) allí donde se encontraron con la Resistencia francesa.
La versión oficial de la masacre deja claro que la población del pueblo era completamente inocente. Aunque la región de Limosin era el centro del movimiento de resistencia comunista, los habitantes de Oradour-sur-Glane estaban completamente aislados de la guerra que se desarrollaba a su alrededor.
Por tanto, no había ninguna excusa para que los ocupantes alemanes escogiesen Oradour-sur-Glane para llevar a cabo la represalia. Una de las posibles razones para el ataque es la similitud del nombre del pueblo con el de Oradour-sur-Vayres, un pueblo cercano que sí tenía una actividad destacable en la resistencia. Por tanto, no había ninguna excusa para que los ocupantes alemanes escogiesen Oradour-sur-Glane para llevar a cabo la represalia. Una de las posibles razones para el ataque es la similitud del nombre del pueblo con el de Oradour-sur-Vayres, un pueblo cercano que sí tenía una actividad destacable en la resistencia.



El pueblo se mantiene como memorial al horror de la guerra, y para que no se olviden los hechos que allí sucedieron.
Oradour-sur-Glane
La fortaleza del Real Felipe en Lima


 
En sus más de 250 años de existencia, la fortaleza del Real Felipe ha sido desde siempre una fuente inagotable de historias, relacionadas, con las incontables y fieras batallas que aquí se libraron.Desde las preocupaciones del virreinato para controlar los ataques de los piratas, pasando por el asedio de los libertadores para alcanzar la independencia, hasta la batalla que evitó el desembarco de militares chilenos en nuestras costas, en plena Guerra del Pacífico, el Real Felipe, es sin lugar a dudas uno de los puntos preferenciales para conocer gran parte de la historia de nuestro país.Pero lejos de esto, existen también otras historias, mucho menos ortodoxas, que han comenzado a llamar la atención de los miles de visitantes que anualmente, recorren cada uno de los pasillos de este enclave militar.
 

Son historias vinculadas a fenómenos paranormales, historias que narran las apariciones de mujeres a mitad de la noche, de ruidos extraños como de cadenas o gritos, e incluso, historias de muerte.Entre las narraciones más populares que rondan el fuerte, se encuentra la de la Dama Blanca, que según los testimonios se trataría del espectro de una mujer que suele aparecer a medianoche, en la puerta del Torreón del Rey.Los testigos señalan que la misteriosa imagen aparece sobre el puente que separa la torre del complejo, vestida completamente de blanco, sin pies y cantando una melodía tenebrosa. Algunos aseguran que el supuesto fantasma pertenece a la mítica Perricholi, amante del virrey Amat, y que según dicen, solía esperar en este punto de la fortaleza, el encuentro con su amado.Otra historia que circula por quienes han visitado el lugar es aquella que cuenta el suicidio de uno de los militares encargados de hacer la guardia en el Torreón de la Reina.
 
Se dice que el soldado, temeroso de enfrentar los fenómenos inexplicables que allí se presentaban subió una noche a la terraza de la torre y una vez allí decidió lanzarse al precipicio para acabar con su vida.Estas historias han sido corroboradas por los propios militares y guías turísticos que trabajan en la fortaleza, quienes además, aseguran haberse encontrado en más de una oportunidad con uno de estos fenómenos.Verdad o no, lo cierto es que la fortaleza pareciera hoy contradecirse con el propio peso de su pasado. El silencio que hoy puede sentirse entre sus pasillos y ambientes se contrasta notoriamente con el estruendo de los cañones y los gritos de dolor que alguna vez ensordecieron cada rincón de este lugar y los espectros de hoy bien pudieron ser los hombres vivos que en ese entonces defendieron con su vida, lo que creyeron defendible. Quizá en ese tiempo, ellos también pisaron el mismo suelo que hoy pisamos, recorrieron el mismo pasillo que hoy transitamos y por qué no, vieron el mismo cielo, que hoy contemplamos.
Real Felipe

9 comentarios:

  1. Muy currado. Si señor.

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  2. Definitivamente que escalofriante.. Muy buen artículo !

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  3. es increible la cantidad de lugares tenebrosos que existen en el mundo !!!,viva el peru

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  4. definitivamente hay muchos lugares escalofriantes en el mundooo

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. UN RECORRIDO ESCALOFRIANTE DE SOLO LECTURA Y VIDEO, EL HECHO DE VIVIRLO DE SERCA DEBE SER TREMENDO GRACIAS POR COMPARTIRLO

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  7. ESTIMADOS HERMANOS:
    Solicito amonestar a las bandas de secuestradores de residenciales San José de que la delincuencia en la ciudad de Guatemala por quemar bombas en los autobuses y en los comercios debió a que las bandas de plagiarios quisieron exterminarme porque soy la causa de la paz del mundo aborigen y de la delincuencia por mis encarnaciones divinas de los Dioses aborigenes del mundo y del cristianismo pero lamentablemente los tales insistieron con vapulearme quienes originaron una ola de crimen más generalizado en la república de Guatemala donde tuve que inteceder por la paz de la delincuencia pero nuevamente las bandas de secuestradores volvieron a amenazarme con vapulearme en mi colonia en la actitud hostil callejera de vapulearme donde la policía de Guatemala unicamente me estaban improvisando por los tales. Yo iba a utilizar a las maras para pelear con las bandas de secuestradores porque vamos a perder la paz del mundo por culpa de los tales. Les solicito a ustedes convocarlos en mi colonia para firmar la paz conmigo por causa de mis calumniadores a quienes clandestinamente protegen.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Cédula de Vecindad:
    ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
    Ciudadano de Guatemala de la América Central.

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  8. ESTIMADOS HERMANOS:
    Solicito amonestar a las bandas de secuestradores de residenciales San José de que la delincuencia en la ciudad de Guatemala por quemar bombas en los autobuses y en los comercios debió a que las bandas de plagiarios quisieron exterminarme porque soy la causa de la paz del mundo aborigen y de la delincuencia por mis encarnaciones divinas de los Dioses aborigenes del mundo y del cristianismo pero lamentablemente los tales insistieron con vapulearme quienes originaron una ola de crimen más generalizado en la república de Guatemala donde tuve que inteceder por la paz de la delincuencia pero nuevamente las bandas de secuestradores volvieron a amenazarme con vapulearme en mi colonia en la actitud hostil callejera de vapulearme donde la policía de Guatemala unicamente me estaban improvisando por los tales. Yo iba a utilizar a las maras para pelear con las bandas de secuestradores porque vamos a perder la paz del mundo por culpa de los tales. Les solicito a ustedes convocarlos en mi colonia para firmar la paz conmigo por causa de mis calumniadores a quienes clandestinamente protegen.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Cédula de Vecindad:
    ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
    Ciudadano de Guatemala de la América Central.

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