jueves, 8 de agosto de 2013

El proyecto HAARP



El proyecto HAARP es otro tema apasionante, pues hasta ahora sabemos que los terremotos son fenómenos naturales y científicamente impredecibles, pero al parecer esta tecnología militar podría inducirlos. La literatura oficial describe al HAARP como “un esfuerzo científico dirigido a estudiar las propiedades y el comportamiento de la ionósfera, con particular énfasis en llegar a entenderlos y utilizarlos para mejorar las comunicaciones y los sistemas de vigilancia para propósitos civiles y de defensa”. Se acomete para desarrollar investigaciones de la ionósfera mediante el Instrumento Ionosférico de Investigación (IRI, por su sigla en inglés), que es un potente transmisor de alta frecuencia utilizado para excitar temporalmente áreas ionosféricas limitadas con fines de estudio científico.
 
En un video en inglés, el tomógrafo sísmico Brooks Agnew explicó (en inglés) cómo el HAARP puede provocar terremotos con fines militares (3). Asimismo, en un video retirado de YouTube, pero que todavía se encuentra en otros sitios (4), el periodista y economista canadiense Benjamín Fulford asegura desde Tokio, donde reside, que el terremoto de Japón fue provocado por el HAARP. Fulford huyó hace varios años a oriente tras denunciar poderes ocultos que promueven “la guerra, la muerte, la destrucción y el miedo”.
El Congreso de EEUU aprobó en 1996 los primeros fondos para estudiar cómo penetrar la tierra con señales emitidas desde la ionósfera, a fin de realizar tomografías del planeta a varios kilómetros de profundidad, para localizar minerales, municiones y túneles. Los argumentos críticos dicen que la frecuencia necesaria para esta radiación penetrante de la tierra está dentro de la gama que puede interrumpir funciones mentales humanas y alterar los modelos de migración de peces y animales salvajes que encuentran sus rutas en áreas no perturbadas por energías inusuales. Estos descubrimientos se hicieron basándose en los estudios de resonancia de los sistemas planetarios del olvidado ingeniero Nikola Tesla, nacido en Serbia en 1856, bajo el imperio Austro Húngaro, y fallecido en Nueva York en 1943, después de patentar unas 700 invenciones.


A comienzos de los ‘90, el científico estadounidense Bernard J. Eastlund patentó su “Método y aparato para alterar una región en la atmósfera de tierra, ionosfera; y/o magnetosfera” y anunció que los pulsos electromagnéticos emitidos por el ultrapotente calentador ionosférico podrían controlar el tiempo. Hacia 1995, el Dr. Nick Begich y Jeane Manning publicaron “Los ángeles no juegan con HAARP (Avances en Tecnología Tesla)” y más tarde expusieron documentos gubernamentales sobre la tecnología de control del tiempo en “HAARP, la Caja de Pandora militar” (5).
El campo magnético de la tierra se retroalimenta con la energía de generada por ciudades y grandes instalaciones del planeta. Al parecer, HAARP redirecciona enormes cantidades de energía de la ionosfera y las envía de nuevo a la tierra, alterando el campo magnético y con capacidad de causar terremotos focalizados. Fulford afirma que los terremotos HAARP están precedidos por irrupciones de colores en la atmósfera, descritas como características y mostradas por él mismo en abundantes fotografías e imágenes de luces que aparecieron en Japón antes del terremoto en el programa de TV que fue retirado de YouTube “por reclamos de propiedad intelectual”.


El secretismo sobre el HAARP alimenta más la creciente preocupación por esta arma secreta. Otros informes, menos convincentes que el de Fulford, alegan que la flota septentrional rusa detectó actividad HARP en el terremoto de Haití, que habría sido causado por pruebas de un arma que EEUU se propone utilizar contra Irán. (Así como en 2001 Bush y el complejo militar industrial involucraron a Iraq en el controvertido episodio de las Torres Gemelas, para justificar la invasión y la guerra, los nuevos propósitos militares estadounidenses son bastante evidentes: prácticamente fueron anunciados por Washington en octubre 2011 con el “descubrimiento” de un nada creíble “complot iraní-banda Zeta” de México. La inclusión del “aliado” Los Zeta, justificaría el ingreso físico de EEUU en la “guerra anti-narcotráfico” de Rafael Calderón. Según los WikiLeaks, EEUU participa de hecho con aviones no tripulados y operaciones de “inteligencia DEA”, pero no oculta el deseo de pasar de la “colaboración de baja intensidad” a una intervención abierta y más amplia, enviando tropas y extendiendo la guerra casi personal de Calderón, que ha cobrado unas 60.000 víctimas). Los rusos también habrían detectado un terremoto 6,5 Celsius en el Pacífico que no afectó ninguna área poblada. Los informes de Fulford también asociaron el HAARP con el terremoto 7,8 Celsius de China 2008.